Seducida por un Magnate al que Odio!
a Pell
r y uno va a ser estressante que el otro. Necesito mejorar más en las asignaturas de cálcul
mes Arthur y me permito cerrar los ojos, apoyando la cabeza contra la ventana del autobús lleno de gente, pensand
hasta las siete de la noche, todo esto solo porque no puedo comprarme ni un miserable patinete para no tener que estar mofando en el punto del autobús y aún así es una gana
desistir de mis estudios: Mi madre, ella no tenia ninguna oportunidad de estudiar, la única cosa que podía h
, aunque mando desde el principio, al final siempre queda muy poco. Como mis padres murieron cuando yo era meno
nato, o... 2º - Suya fiel se convierte en mia tutora legal y recibe
gar transporte para ir a la universidad, me dieron una beca y uso ese dinero para poder ir y venir. A pesar de tener veinticuatro años, todavía recib
trevista de trabajo. Hago mi mejor esfuerzo para controlar la ansiedad dentro de mí. Tengo muchas ganas de conseguir el trabajo y el s
ella fue quien me consiguió esta entrevista y está pagando mi pasaje. Solo espero no decepcionarla, es notable lo mucho que se preocupa por mí. Además de pagar e
. Ojalá pudiera mentir y decir que viví en otro lugar, un lugar de lujo en Brasil, pero ni siquiera sé en qué ciudad vivo.
n metro y ochenta y cinco centímetros de altura, su cabello es negro como la noche, sus ojos son de color ámbar y algunos trazos verdes. Me enc
o esto no me llena los ojos, con certeza que él
pasajeros y salgo de esta vieja lata. Es una falta de respeto por los residentes aqui,
gnora h
s un ojeador, pero no entiendo cuál placer que tiene de abusar de mí, él no debe gustarle el hecho de que yo
s! - cumplimien
os, mina? ¿Crees que eres mejor
que ser prueba detrás de prueba en mi vida?
involucrarse con las cosas incorrectas -
sario. Las personas tiene gusto de hacer daños para las otras personas. Y yo ya he visto a tanta gente buena se lleva mal por culpa de
via tiene dentro del armario. Todavía tiene un paquete de galletas de crema,
" - hablo mentalment
semana de
ces que irían a morir, a cada sacudida dura q
cias a Dios ya bajé del avión y ya saqué mi maleta,
ni? - oigo una voz
do y me sient
r tranquila. ¡Vida