EL ESPOSO DEL CEO

a AN

siento el deseo de besarlo y

o a sus labios, me sorprende su reacción, ¡pero! No quiero parar. ¡Estoy

s de él, Elías, seguro quería evita

y voy a mi silla, pregunto. ¿Olive

uando quisiera, reflexioné que no importaba la hora, p

iver; (¿Por qué e

mpre mirando a la persona sen

; bueno, señor Mu., yo ya term

garon las personas importantes de las

a persona relevante para estar

so? ¿De verdad? Cree que a partir de hoy se terminó lo nuestro ¿Por qué si es así?. Se le borrará esa

go que lo qué usted y yo teníam

ine a su empresa no era a eso a lo que venía

dos notaron las nubes del enojo que se

bido que Daniel no pueda

a visitarme tampoco, asumí que a Dani

. A mí también poco me importaba sus sentimientos, hasta hoy no sé q

aminando hacia la puerta sin importar si en ese instante ¡

an fácil, ¿Oh por qué más querría el divorcio? ¿Será que ya conoció

y el tiempo de ver con claridad! ¿Y reflexiono como es posible que

y a la hora qué quieras, pero por lo me

enojo que pone, pero poco me importa si bien sabe q

¡oh lo olvidaste Le respondía Oliver! ¡Quedamos de pasarlo juntos hoy!! Pero si estás muy ocupado lo pospone

s que ya días no nos reunimos, no está de más q

tendré todo el día a Oliver en la oficina y hoy no quiero lidiar

pañarlos, aunque! Quería ir a casa hoy por qué

a y a Oliver también decir que se iría de comp

ecto. En eso estaba cuando veo el nombre de la compañía con la

ahora ya he encontrado una debilidad para ese

r omnis

cto, Oliver salía de las oficinas para llegar a la planta ba

rar aún a Daniel abajo, le enfureció la escena que

ojar a Andrés, ya que ¡mucho le había costado tener el cariño de aquel hombr

aniel!!, durante estos tres años, como para que ese pe

camino hasta que logro divisar

as cosas así. Estaba muy furioso como para no decirle lo que pensaba en ese momento, pero en

ién había dejado subir a Daniel? A lo que ella le respondió;

é la empleada anterior ni siquiera le pasaba las llamadas, ¡o l

nista anterior Oliver! Quien al saber que la anter

ra Andrés, quien daba la orden de cada que Daniel llegue o llama

así terminó sobornando a la recepcionista, diciéndole que Daniel, era un admirador enamorado