En el Bosque De Las Estrellas
sar en que tan trivial y subjetivo puede llegar a ser el
proyecto en mi m
se vean obligados a perder a sus pa
a mi alrededor intentando que una
estas da una respuesta que satisfaga mis dudas, a pesar de esto en el fondo repi
a a est
s nuevamente vuelve a sumergirse e
penumbra del bosque. El momento exacto es cuando aquel par, después de comer sus pequeños chocolates, reto
el que sus rostros demuestran el dolor y la resignación de no habe
sadas tan fuertes y en reiteradas ocasiones retirar su zapato para liber
esa dolor por haber perdido
pequeño aperitivo que habÃan tenido momentos atrás, ahà es cuando se percatan que apenas habÃa servido para
esignarse para esperar su fatÃdico final, logran visualiza
unos cuantos metros De ellos. En medio del bosque con un viejo tejado que si bien es pequeño y sol
s paredes con algunos trozos de viejos troncos y pedazos de lámina q
tilizada para dÃas de campo puesto que en el lugar yacen un par de bancas construidas con algunos trozos de antiguos troncos. Al igual que una especie
astante importante y que en su delicada situación significa la obtención del eleme
echos, se encuentra una especie de quemador para poder realizar parril
rito de felicidad y se abracen puesto que ahora acaban
trozos de madera que recolectó en el quemador rural, mientras delicadamente las
eÃr y con la emoción de un niño en Navid
s más dedica toda su atención a pode
brota una pequeña brasa lo suficientemente fuerte
rita a su compañera que se encuentra a unos metros de
logré acércate
nerar un poco de calor corporal, genera una gran sonrisa y después d
un poco de la tensión que irradian sus cuerpos por el cansancio y
ños frotando delicadamente sus manos
que vaga a través de la penumbra del bosque sin rumbo, sola
ñonada mientras seca su alborotado pelo negro que gracias a la lluvia se encuentra hecho un desastre, no puede evi
e se encuentra a su alrededor, se encarga de proteger fervientemente a esa hermosa
r sentirse maravillado por la belleza que excusa
or castaño que con la poca luz de la l
os color verde que resplandecen a la luz del fuego, cómo dos esmeraldas e
que con violencia golpea su pecho, pero de cierto modo se sien
en su memoria reverbera el dilema y la confusión de por q
la evitan y parecen huir de ella como si aquella
alor del fuego, porque en lo más profundo de su alma ambos chicos saben que aunque su situación no es prometedora y que el suceso que los une es ba
stros de ambos mientras duermen abrazados al calor del fuego, es po
do y todo gracias a unas cuantas gotas de lluvia que caen sobre mi rostro, cosa que hace que dirija enojado la vista mi al cielo y
e tan solo hace unos cuantos minutos antes el cielo se encontraba totalmente despejado,
s de grisáceas nubes que amenazan con s
, lo único que me queda es volve
no termine por dificul
comienzo a estirar mi malt
erando quitar rastros de pasto, tierra o algún
n la parte trasera de mis pantalones y de mi espa
vo a agacharme y en mi mochila meto el cuaderno de dibujo y
s se encuentra totalmente seco y al cual ya ni siquiera se le puede llamar árbol, aun asà de una de sus secas ramas descuelgo un
vieja lámpara que muevo de un lado a otro para conseguir iluminar el oscur
l cual solamente se encuentra acompañado por una gran cantidad de árboles y p
fin de distintas variedades y tipos de árbol en las que en breves ocasiones puedo ver desfil
pesar de la hora aún cantan mel
cuchar una gran gama de soni
dores que finalmente se mueven justo entre los árbole
que una fina extensión de tierra aplanada que forma una gran variedad de s
ra poder definir el tamaño y el largo de los senderos para q
adores y personas del bosque han ido haciendo
os trozos de viejas maderas y alambre
s y oxidados trozos de alambrada cuyo propósito simplemente es
bastante entretenido, el cual recorro únicamente con una linterna y la vieja escopeta de años antiguos propiedad
ar de todo intentó jamás bajar la guardia porque a pesar de
considerarse que en la zona en la cual me ubicó no es más que simplemente el área de las afueras del
rma es más por algún grupo de rufianes o ladro
viejo cacharro que llevó por escopeta, puesto que es bastante viejo e incluso no
porque ayuda a que mi viejo tÃo se sienta tra
a incursionar con toda libertad a tra
y parar por algunas cuantas bifurcac
ado el cual tengo el honor de llamar
es de apenas unos cuantos cientos de habitantes, fuera de esto
podrÃa decir que es único en comparación con otros lugares. Cassiopeia
n emplazamiento bastante bonito y cuya gente es amable
s agrÃcolas y de caza, pero también cuenta con
alegre, su aspecto no es nada
ntran una gran cantidad de p
sta y de una vida sin lujos, por lo que la mayorÃ
onfort, algo asà como mansiones o castillos, ya qué la gran mayorÃa de la gen
uitectura del lugar narra con su existencia el paso del tiempo y las épocas tan vÃvidamente que a
a de siglos atrás y son parte imp
oblado en donde la historia y la poca moder
observar la hermosa vista del pueblo mie
sitadas calles del pueblo aún rebosan de alumbrado, sin e
tros edificios importantes como la librerÃa o el pequeño patio de juegos
que elegantemente adornan algunas de las calles del pueblo y que deleitan
sito el pueblo disfrutó transitar rel
n se observan algunas de sus luces. Pero esto también me indica que estoy a punto de llegar al lu
uentra justamente en el centro del poblado
rtenece al bosque, por lo que normalmente debo caminar algunos cuantos metros de
rodeada de árboles y pinos s
n viejo el cual me adoptó después de que yo per
os puedo observar un par de luces y una delgada capa de humo que
in me encuentro a tan s
do, el cual fue construido por mi tÃo y el cual dice que es para
entrar al patio, en el cual solamente hay algunos montones de leña cubiertos con t
in me encuentro justo frente a la entrada p
una cálida y acogedora aura
mpiar mis botas en un tapete q
a más que de un pequeño sillón y una mesa que fungen como sala, asà como a
que nosotros llamamos la cocina, de la cual a través de su puerta libe
más prisa para poder encontrar a mi tÃo que co
so aroma, por lo que comienzo a gritar casi desesperado para
TÃo Otis ya
sado del
r la puerta de la cocina, p
me encuentro aqu
su frase ya estoy
nta y que es bastante regordete, aún asà posee un desordenado pelo negro, aunque ahora son más notorios los pequeños tonos gr
stacho color negro, que igualmente ya c
cuentra justo debajo de
nza a demostrar el paso del tiempo a través de algunas
de sorpresa al notar que simpleme
stancia parece blanca, pero que al mirarla detenidamente tiene un aspecto
par de pantalones cortos color azul que dejan al descubierto sus pe
sea el tipo de persona que utilizarÃa algo tan informal, puesto que su expresión seve
e tanta importancia y se voltea sin decirme nada, a pesar de eso me abalanzo sobre
de sus hombros y pego mi cara él a su rostro, a lo que é
inutos mis brazos sean sep
enuente actitud por parte de él, por lo que a pesar de eso, siempre intento ser lo más c
sta dirige su mirada hacia mÃ
Después de eso toma una pequeña cuchara de madera y comienza
el bosque por las noches?.-Vuelve a m
do hacia la ventana, aun asà parece ya no darl
spués de aquella declaración me mira fijamente de n
sión de su mirada, intentó
ápido que pasó el tiempo-Dirijo la mirada hacia al suelo
ente hasta que después de unos pocos segundos se cansa aún y vu
.-Sigue vÃvidamente moviendo la cuchara
rá algo por arriesgarte tanto y sólo enton
equeña alacena hecha de vieja madera, l
ando con todas mis fuerzas me abstengo de solt
nuevo a la estufa que solamente está a unos metros en la
mueve su preparación c
quella deliciosa comida que ya emana un seductor aroma que de no se
o que llame su atención como si
saron cuando mi tÃo habló
as estar toda
encuentra sobre la estufa mientras del lavabo
te antes de q
tomó el plato y me ab
harón y comienzo a
apa de humo que hace que mi saliva brote descontroladamente, al final tomó un trozo de lo que parece ser pollo y sin dudar me siento sobr
un pequeño golpe en la nuca que me tomó por sorp
nios estás
ontrarme con aquel regordete hombre que nuevamente tiene una expr
como si se apiada de mà con
avarás la
hacer es sentirme un idiota por olvida
s en el lavabo, ahora nue
tofado y de estar durante algunos minutos platicando sobre lo qu
o, que aterradoramente aún se la pasa mirando hacia la ventana inmersa en sus pensamientos, por lo qu
s donde se encuentra un pequeño, pero cómodo cuarto que no cuenta con mucho y siendo exactos, solamente
à como algunos bocetos de animales más, sin embargo, lo más llamativo es una enfermiza cantidad de dibujos de Rigel
me acuesto sin cambiarme el atuendo, por lo que me tiró bruscamente en mi cama y al cabo de unos cuantos minutos dejó que el si