Mi vida con Jack
, envolviendo mis piernas con mis
piel, su respiración tan cerca de mi clavícula, el suave agarre de sus manos tras mi espalda... pero in
demasiado parecido, tanto, qu
que había llegado a la casa completamente sola, dado que Rhys
o me sentía bien y había regresado apresurada, porque sabía que pronto com
co recorriendo mi interior. Quería acabar con eso que
osáceo cabello ya dispuesta a gritar, pero la puerta del
sonrisa de oreja a oreja, que me decía má
antes de pasar apresuradamente por la
elícula -cont
tá b
uando se sentó a mi lado; después de quitarse
mis fuerzas, ya que Rhys e
su llegada, era un poco chiflado; pero a pesar de ello, había aprend
y jamás mirar atrás de nuevo, quería desaparecer o romperme en miles de pedazos
de mis horrendos pensamientos-. No pensé que fueras t
con mi mirada perdida en la nada-. S
o que era mío, de no ser por
. o como sea que te llames
cta y rascó su nuca,
ogió de hombros, esbozando una sonrisa-. Y en cuanto a lo de i
lo miré
groso pueblo? -inquirió, enfurruñán
con las pu
dicen que tiene la montaña más increíble de todo el país, así qu
sganada-. De todos modos si n
n peculiar de hacer las cosas-. Hablé con el jefe de camino a acá, y no hay problema por un dí
ienes, como par
aquello no fuera la gran cosa-. Así que ve y d
acue
mareada, sentía que mi
y no me hubiera molestado si lo hubiera hecho, incluso estaría agradeci
in miedo a que Jack me hiciera preguntas,
con agua que me tome lentamente y justo cuando estab
O
Qu
ica -admitió, con su vis
aba comprender, quería respuestas que yo no le podía dar
r qu
fui
ncia lo que hagas o
bajo, dándome a entender que no había logr
suspiré, poniendo m
celos, pued
hes! -murmur
su momento, pero si lo pensaba más a fondo; si ataba todos lo
de enredos a los cuales prefería no prestarles mucha rel
, sus labios invadían los míos, aún cuando lo empujaba muy lejos de mí, y siempre despertaba
sí que me senté en medio de la cama a llorar sin nada más que pudiera hacer para remediar mi
ar? -me pidió, antes de
njugándome las lágrimas
-dijo un poco preocupado, sentándose en el borde de la cama, a
po
asustada -propuso, acostándose de inmediato a mi lad
¡
s ojos-. No rechistes, duérmete y es
-resoplé
el lado contrario dándole la espalda, sin embargo,
ormir plácidamente, dado que el cuerpo emb
re su sueño me rodeó y a pesar de quedarme estática por lo que me pareció una eternidad, pude dormir sin pr