AMOR SIN BARRERAS.

ÍTU

ación se empezaba a tornar cada vez más dura y me negaba a utilizar el dinero de mi tarjeta, utilizarlo

le a mi tía por enseñarme. Tenía dos trabajos en dos academias distintas enseñando

que se requerían en mi carrera me había gastado casi todo. Hace unos días

urré con lágrimas en mis ojos. Me sentía aterrada y

ada en el refrigerador. Aun no me pagaban, de igual manera no podría permitirme com

aquí, no hab

, no podía aceptar aquello, sería ir más allá de mis límit

ualquiera que no estuviera en la lista de personas que yo entregué al portero tenía que an

n es? —

hado mal?—. No tengo sufic

e con su mirada seria, rodó

haberte invit

existen los va

quí? —indagué—

usionarte —negó levemente—. Oh no espera, c

nca había tenido un

las? —cuestio

vio y menos alguien com

or sus palabras—. Sí tengo, n

teó y fue hasta la cocina, lo qu

é qui

aun para comer? —Preguntó con u

a que has venido y por lo visto, es para nada impor

o nerviosa. Se quedó un rato observándolo y después empezó abrir los gabinetes hasta que s

o? —preguntó, dire

puerta para

vayas, no deberí

ningún derecho a h

pregunta Reyy

ación al ver lo extremadament

n no era

te de tus asuntos, yo

díbula, mandando una descarga eléc

el toque como si

ano a mi pecho, sentía mi corazón lati

a. Mis padres morirían si supieran que un hombre me vio en shorts, y morirían y revivirían solo para morir nuevamente, al dars

do en cont

do oscuro, una camisa básica blanca y unas zapatillas bl

ba hacer sonidos—. Alá, tu más que nadie sabe que no pue

a sonando insistentem

la so

na gran sorpresa. El administrador del edificio e

no más problemas Alá —

. Asl

Stu

ente—. El plazo para pagar el mes se cumplió hace días, por lo v

grandemente

haría

lazo de unos días para irme —rogué, sintiendo como mi

ue donde pude observar varios hombres quiene

o haga, no tengo a donde ir,

icio, aquí solo vive gente con modo, no alguien que no puede p

a, solo me hice a un lado para que esos hom

una profunda y cono

el peor error

usurré so

mis hombres? —le preguntó el Sr. Stuart—. Entren y

camisa y lo estampó contra la p

a completamente oscura,

entre dientes—. ¿Quién me creó? —lo soltó bruscamente y go

hombres que asintieron con miedo—. N-No sabía…No lo sabía Sr. Lambert

í? —le preguntó a un Señor que hasta ahora veía—

as referencias

ísimo presidente, en la maldita entrevista tu

mbert —se apresuró a responder

ien, ¿A quién engañaba? Yo también lo

serás despedido jun

miedo en el rostro del S

que lo

uelo y antes de siquiera acercarse a Louis, este alzó

que no es capaz dar una prórroga de un día, cuando se estipula que cualquier inquilino tiene derec

S

denó. Se acercó al hombre que estaba a

y quedamos sol

cio? —fue lo primero que pregun

tanto dinero

darte explicaci

e tu familia sabe que ti

respondió cortan

cio Louis? ¿Por qué comprar

orma es saberlo y otra cosa es escucharlo de sus labios, dolía y mucho—. Qu

enten

e —asintió, mordiendo su labio inferior, es

o aquel gesto, Louis La

ensar cosas

el apar

favor, solo una semana —me apresuré en dec

, R

s tres días, s

poco

o a tu familia, Por Alá nunca lo

uestionó enojado, asentí

edo, intimidarte o incluso ponerte nerviosa, c

este apartamento, no te preocupes por la renta y p

—dije confundida.

des y lo harás

te sus ojos intentando encontrar alguna respuesta, pero

cer y ya? —negué le

ar algo tan imposible, pero que, a su vez

cosa? —

que, aunque siempre me ignoraste, s

oro que Louis guardaba entre candados, por un momento pude verlo sin ninguna restricción y por primera vez, p