Atenea: Entre Deseo y Poder
ano en Vancouver. Me saludó con una sonrisa apagada, la madre de Maia estaba más que feliz que mi padr
de irme de la casa. Le habÃa dicho que no podÃa mantenerme ni en pie cuando tomaba, que era irresponsable, y de
para comenzar a olv
mi sueño era simplemen
, supongo que se habrá tardado po
de las propiedades. Ella nos llevará a ver los departamentos para usted, y luego me ha pedido que las llev
del trabajo eran más
astante alegre de que no fuese mi padre. Ella vestÃa de un vestido floral muy de
decir y procedimos
ca cayó detrás de ella. Cerré la puerta del coche, Maia se habÃa sentado a mi lado ya que en el asiento acompa
nos a la ciudad. Rumbo al aeropuerto, donde nos encontrarÃamos con Billie -la secretaria de mi pa
tear sobre el departame
ya sabes, como en las series de televisión... -noté que Armin sonrió cuando Maia mencionó eso-. ¡O mejor aún! P
y se me subieron lo
sa, Maia me codeó y me dijo que fuese más amable. En todo el viaje A
y Maia levantó las cejas riéndose a carcajadas-. Y por cierto, me fue gracioso po
urecÃ
e no te incumbe. Y me importa un comino si tuvindió en ese momento y me crucé de brazos muy furiosa por ello. Ninguno
un momento pensé en el coq
erme perfectamente solo. Y no vale la pena pelear por un rasguño de gato,
sentà en ese m
un raro acento, ¿eres alemán o algo as�
a relación con él... -contestó algo triste, Maia le volvió a preguntar sobre su familia-. Vivo con mi hermana y mi madre en el bajo Vancouver
ándole las disculpas por
ro veo que ahora estás m
girnos la palabra-. Me fui a España con mi hermana para visitar unos tÃos lejanos. Trabajé
éeme. -Respondió Maia
esquivé la mirada, a
vión dejando a Maia atrás. Saludé a Billie con un beso y me subà rápidamente. AllÃ, cuando vi la botella d
o varios departamentos preciosos en la Gran Manzana. Pero que Daniela
que Armin habÃa compartido la escuela con Maia, aunque Armin era cinco a
iempo ni tomar la mo
seguÃa latiendo
*
los departamentos posibles hasta encontrar el indicado. Paseamos por toda la Gr
s hacÃa toda la ciudad, paredes de un oscuro ladrillo y una escalera que nos llevaba a las habitaciones de arriba. TenÃa un gran balcón
el departamento. Armin se habÃa quedado plantado en la pu
e miró co
o que puedes pagar lo que quieras -Daniela dijo todo eso un tono bastante confuso. SabÃa que mi padre iba a
cordé que Armin debÃa quedarse en Nueva York-. ¿Tienes otro departamento lib
lvió los pap
queño y barato, no tiene balcón ni escaleras... Es un precio básico -le
n, Armin se sorprendió ante ello y me miró inmediatamente
entras yo le daba una últ
rcó y se pus
'señorita' de su parte. Fue borde, estaba muy enojado-. Sà todo esto es por qué me burle de ese estúpido gato, te pido d
n. Se lo prometà a mi padre, este es tu empleo, y deberÃas ocuparte de tus asuntos la próxima vez. No te he dado tanta confianz
scamente y se posic
su mirada no era del mism
corazón generoso, pero ahora veo que lo eres bajo sus órdenes... -Armin se acercó un poco más para que pudiera levantar mi vista y mirar
ritos, Armin pasó por mi lado mientras se dirigÃa a la entrada c
nfrentarme, camino tan rá
rte ni soportar tus quejidos de niñita que se cree el centro de atención... -Armin me enfrentaba como nadie antes lo habÃa hecho. Quizás Dixon, algunas veces, pero
jó plantada en el depart
lo esperaba, habÃa olvidado de cerrar la puerta a mis espaldas. Volvà al depar
enojada y furiosa pateé una de las puertas pronun
s y bajé rápidament
ada, Maia se sorprend
anspirada que estaba, Armin me miraba con una sonrisa triu
mordà la lengua para no largarme a llorar. Me daba muy mal g
er un poco más de respiración-. QuerÃa usar las escalera
eÃr junto a Maia, A
ien, y de paso te cambias de ropa... en serio te ves fatal -Maia m
la que iba a despertarme completamente para
mÃnima idea de q