La distancia que nos separa

he - Elvi

mbre d

uello. Ella no era como la mayoría de las chicas de su edad. La adolescencia y sus dramas no la atraían. Tenía muchas responsabilidades. Su madre tenía dos centros de belleza y ella la ayudaba con el papelerío de

ajo la escalera y un amplio living con hogar que se unía cómodamente con el comedor; un concepto amplio de espacio abierto, donde todo se conectaba. Recorría la planta baja una galería hacia el gran jardín, con una hoguera exterior

ó una mujer algo fría en algunos aspectos, por lo cual nunca fue particularmente cariñosa con su hija, pero era muy buena y siempre trataba de equilibrar su vida, para tener un espacio solo de

en la adolescencia, ella comenzó a ocuparse de todo sin problemas. Creció siendo muy independiente, todo esto la volvió muy protectora con sus afectos, pero amante de sus espacios. Dueña de una

es ojos verdes, pelo negro con rulos, era una mujer preciosa. Le gustaban las cosas bonitas, el buen vivir. Pertenecía a una generación de mujeres, que había sido criada en un nuevo mundo más libre, pero por padres conservadores que no lo aceptaban. Siempre anheló

Había pasado a buscar libros contables y recibos por el salón de su mamá para prepararlos para el contador, luego siguió camino hacia su hogar. Cuando es

r todo, en ese momento alguien

, déjame

contraron con los ojos celestes más b

ves por don

nico!! ¿ qué venías pensand

que me atropellas ac

de rendición y con una sonri

to! Mi nombre eh, bueno soy

undida b

tras tomaba una carpeta llena de cuenta

n su carga y se dirigió con ella a la entra

s con

el le

l hermano de Cam, te conozco desde

as escuchaba un grito desd

rte y dejar de perder

dio hacia el lugar de donde proven

e que le tire con los libros

de Vir. Se despidió con un “hasta luego” y una gu

aró algo para comer, mientras hacía l

ola

ola

que había regr

o muy divertido que

í, para colmo estaba con una idiota qu

ovia de él, o al

areja, dijo V

bas

contame como te

ingún avance, n

te ignora porque logras que la

! Huís en cuanto a

ando de mí!!!! Igual no he co

r…Te quie

¿ mañana ve

r favor necesito una noche muy superf

ni viene hoy, Fer se s

mañana n

o muy entusiasmada

omer, llegó Ani, juntas charlaron y comieron helado. Se

que el chico que le g

ómo no la iba a invitar a salir? también es cierto qu

a es

na en bow window con almohadones y una cama de dos plazas y media llena de almohadones. Las cortinas hacían juego con los almohadones y el acolchado de su cama. S

consigo misma por ello. No le agradaba en lo más mínimo, se le hacía arrogante, le mol

o sabían cuánto tiempo duraría el clima tan agradable. Tan sólo unos días después Vir cumpliría 16 años y era la última del grupo en hacerlo. Su cumpleaños era el día 7 de octubre. Ella antes se había ocupado de que todas las chicas tuvieran un día especial y divertido, por lo que

un alegre Gabriel, la

ada con eso, ya fue. Había tenido

algo que detesto, derecho, le respo

¿por qué estudias a

ras servía un refresco para ambos,

i mejor amigo durante algunos años, pero descubrí que no era lo mío. Mis padres creen que el derecho es lo mejor para mí,

nti

icado, vos

etener el mundo sin que ella se percatara siquier

igas, pero no creo que logre hacerlo mucho tie

o, así parece, respondió

el vaso y mientras se iba

la vida. Debe gustarte a vos no a tus padres. Si es un peso y no te imaginas haciéndolo todos

se fue al jardín y lo dejó pe

e pasa?? Aunque ese bikini le queda de maravillas …”. A pesar de sus reprimendas mentales, no pudo deshacerse de la idea de que la chica era preciosa , también muy

on sus amigos, conocía algún ligue de una noche, luego quedaba todo ahí. Había tenido una desagradable e

izaron la fiesta de cumple de Vir, ella no quiso una fiesta enorme, dejando a su mamá completamente ofuscada, pero

s, pero Vir no quería hacerla sentir peor de lo que ya se sentía por la ausencia de fie

entras se subía al auto pensaba que no quería tener otra charla existencial con Caro, acerca de por qué no funcionaría ya su relación y decidió en el último minuto quedarse en casa. Mientras regresaba desde la cochera a la entrada principal

casi tan alto como él mismo, levantaba a Vir de entre el pasto y la llevaba hacia adentro en