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Seduciendo

Seduciendo

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Capítulo 1 Una perra muy ladradora

Palabras:2109    |    Actualizado en: 15/06/2022

aban tras ella comenzaban a hacer sonar la música de los cláxones. «¡Idiotas! No pienso llegar al trabajo sin ocult

arréglate

a la vez que sacaba la mitad

enazo. Al hacerlo, el coche que lo seguía colisionó con él. Observó el percance y disfrutó el momento. «Te pasa p

ra la parte creativa de los dos, quien más esfuerzo hizo a la hora de levantar el negocio de la nada. El mismo que se sentaba tras la máquina de coser y se desvelaba crean

Se colocó las gafas de sol sobre el rostro antes de salir a pesar de solo tener que cruzar la acera, y abrió la puerta del auto sintiéndose una est

é horas son estas de llegar? —se esc

n amigo gay? Lo regalo y seguro a él le encantaría.

acia ella moviendo las caderas con un ademán exagerado. Pasó una mano po

no han aparecido. ¡Son las doce de la tarde! Esto

é y ya quiero irme a dormir de nuevo. «Si no fuera porque hace tan bien su trabajo ya l

o, buscó el número en la agenda y marcó. Tras escuchar un par

Qu

le a tu amiguita que venga, ¡necesito que se presenten en media hora o estar

perra —mur

lve al trabajo que los diseños no se harán solos y en eso ere

un giro completo simulando ser una bailarina

e sonreír y admirar el cam

nes! Si no fueras marica

ntes de desaparecer por la pu

nó, alzó el rostro y miró al hombre que se encontraba en el interior del establecimiento. Lo escuchó susurrar un: «Buenas tardes» y ponerse a divagar observando las prendas

drados mostraban timidez, sin ser capaz de dejar la visión directa en algún lugar. Caminaba con lentitud, casi encorvaba con ligereza el cuerpo como si intentara cubrirse. Vestía un pantalón de chándal gris y una

e. Mejor será que lo despache rápido». S

frecía la mano para que se la estrechara—

armas de protección. En el momento en que le acercó la

sea maleducado. Señor te lo rueg

ieron, ambas palmas se juntaron en un enre

ctrica, algo que nun

rago que aquella sensación le provocaba. Ella no se podía permitir nin

riz era picuda y algo grande, los labios finos. «Como siga dejándose crecer la barba va a parecer que no tie

ais, ¿en qué p

ba una

observó en un recorrido desde el último cabello de la cab

a 36 o 38, ¿estoy en lo cier

pleaños de mi mejor amigo, él

ue un golpe di

“tipo de ropa”? «Se queja de

leves golpes en el suelo con el tacón. Brais abri

quí es hermoso, pero míreme, no luciría en mí. —Lo vio s

atractivo. Aledis, cálmate, de guapo no tiene nada, qu

anto se percató de su metedura de pata se tapó la boca con la mano—. Quiero decir, lo que quería

atractivo y no para aquel… Era mejor no entrar en detalles, porque

crees. —Bajó la mirada apenas un segundo, nervioso—.

amigo —la forma en que pronunció la frase fue c

able ni dada a las alabanzas, pero solía comportarse de forma correcta con los client

hoy o mañana? —se escuchó el grito de Eliá

eó elevando la voz—. ¿Puede

chote me habría arreglado el cabello. —Caminó hacia Brais y se presentó—. Me llamo Elián, pero los hombres pueden llamar

tacón clavarse en su pie. Se lo

rate. —Le dedicó una mirada homicida que no daba alterna

ler se dio la vuelta y

u compañero le lanzó un beso y desapa

rraspeó y se d

jor amigo. A veces me

na media sonrisa y

juega malas pasadas; sin ir más lejos la persona que

mbre. Lo único que quería era que comprara y se marchara

s amigos —bromeó, ella tenía muy claro que E

rtar la mirada. Un silencio incomodo se hizo entr

uió con la mirada mientras ojeaba los pr

toy seguro de que

ión que le provocaba. Era como si ese hombre fuera el dueño de sus peores pesadillas, de sus peores temores, de sus más ocultos deseos. Aledis no quería pensar

sto de dosci

udes dejó a la vista su reluciente cartera y una in

amigo se pondrá muy

len treinta años. —Aledis cobró el imp

gracias por su compra, espero

lvas, por

uedó otro remedio que correspond

yo… ya m

erta. Como si con su simple presencia ese hombre le dijera que aquella no sería la última vez que se cruzarían. Una voz interna le gritó que su vida acababa de cam

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1 Capítulo 1 Una perra muy ladradora2 Capítulo 2 Un ángel3 Capítulo 3 Una declaración de amor4 Capítulo 4 Odio mi pasado5 Capítulo 5 Un número6 Capítulo 6 La llamada7 Capítulo 7 Cuenta conmigo8 Capítulo 8 El pasado no se puede ocultar9 Capítulo 9 Cuida de mí10 Capítulo 10 Es él11 Capítulo 11 Aunque sea fea12 Capítulo 12 Contratado13 Capítulo 13 Extrañándote14 Capítulo 14 Seré todo lo que necesites15 Capítulo 15 Te odio Remedios16 Capítulo 16 La bomba de tiempo17 Capítulo 17 Celos18 Capítulo 18 Ahogar las penas19 Capítulo 19 Me ve como un amigo20 Capítulo 20 Mala conciencia21 Capítulo 21 Atrapada en la soledad22 Capítulo 22 No soporto extrañarla así23 Capítulo 23 Arreglando pendientes24 Capítulo 24 Una cita inesperada25 Capítulo 25 La verdad sale a la luz26 Capítulo 26 Dos destinos entrelazados27 Capítulo 27 Esto no me puede estar pasando28 Capítulo 28 Sin rumbo29 Capítulo 29 Enamórate de nuevo30 Capítulo 30 Lo haremos juntos31 Capítulo 31 Ya nunca lo sabrá32 Capítulo 32 Lo más difícil es decir adiós 33 Capítulo 33 Estoy loco34 Capítulo 34 ¿Es que no me ves 35 Capítulo 35 Alcohol y amor no son buenas mezclas36 Capítulo 36 Es hora de afrontar la vida37 Capítulo 37 Mamá estoy de vuelta38 Capítulo 38 Nuevo trabajo39 Capítulo 39 Felicidad agridulce40 Capítulo 40 El plan de Elián41 Capítulo 41 El ritual42 Capítulo 42 Una boda y sentimientos encontrados43 Capítulo 43 Todo tiene su fin44 Capítulo 44 Epílogo: primera parte45 Capítulo 45 Epílogo: segunda parte46 Capítulo 46 Extra47 Capítulo 47 Hay amores que marcan48 Capítulo 48 Una noche fuera de lo corriente49 Capítulo 49 Decisiones sin retorno50 Capítulo 50 El amor duele51 Capítulo 51 Deseo lo que tiene él52 Capítulo 52 ¿Desayunas conmigo 53 Capítulo 53 No me atrae, es el embarazo54 Capítulo 54 Un falso regreso55 Capítulo 55 La música amansa a las fieras56 Capítulo 56 Si soy tu negrito deja que te dé mi negrote57 Capítulo 57 Reencuentros fatídicos 58 Capítulo 58 De vuelta a la realidad59 Capítulo 59 Ella es mi novia60 Capítulo 60 Atracción61 Capítulo 61 Momentos de locura62 Capítulo 62 Madame blavatsky63 Capítulo 63 Maldiciones64 Capítulo 64 Confesiones65 Capítulo 65 Voy a ser padre66 Capítulo 66 Un garbancito67 Capítulo 67 ¿Quién es el padre 68 Capítulo 68 Un trato no hecho69 Capítulo 69 Amenazas70 Capítulo 70 Lo amo71 Capítulo 71 Hasta que solo grites mi nombre72 Capítulo 72 Dejarla ir 73 Capítulo 73 Una nueva vida junto a Elián74 Capítulo 74 Es un súcubo demoníaco75 Capítulo 75 Los absurdos planes de Elián76 Capítulo 76 Consecuencias 77 Capítulo 77 ¡Ay, la que he liado!78 Capítulo 78 Toda la verdad79 Capítulo 79 Decisión tomada80 Capítulo 80 Se fue sin decir adiós81 Capítulo 81 Los miedos quedaron atrás82 Capítulo 82 Epílogo Final