Desnuda ante la mirada del duque
RT
en mí se repondría y al menos parecería más segura de mí misma. Y es que a veces el prob
l día más feliz de mi vida porque pensé que había encontrado al hombre ide
me había pasado en estos dos últimos meses, en como mi vida s
shb
ede demostrar que puede mantener a su h
iban a quitar la custodia de mi pequeño. Por el siempre he
meses, ya que el juez me dejó a elegir- d
estar viajando a Ale
proble
l flas
o encontré ningún sentido a nada. De
ulum y mis datos me respondió y me anunció una vida cerca de ese ser que tanto amo. Había leído un anuncio en alemán que buscaban una chi
s atrás y embarcarme en lo desconocido. C
renz H
artina
lugar, está hablando con el nieto de Zelinda, la anciana de la que se ocupará en los próximos días. Porque el puesto es suyo. Espero que su inglés sea igual de magn
tame
CTOR DE EMPRESAS HOFF
no lo hacía, cerré el portáti
nsé mientras guardaba mis p
solo es una frase que nos calma en algún momento dado. Solo eso. Pero esta ve
aís más frío que había pisado en toda mi vida. Era pleno diciem
o lejos percibo a un señor vestido de negro con un c
arro- le dije en mi pe
nida, s
el equipaje
as oficinas del
en
iba a ser mi estancia con aquella señora, ya que era la p
l lujoso coche que me transportab
nes, mejor dicho, ninguna. Cosa que me sorprendió, ya que él era un duque. Lo único
a secretaria espera su llegada- me in
intió cerrando la puerta
e todo siguiese igual de bien como hasta
rriba a abajo y con seriedad ta
os alemanes son
una gota de amabilidad o lo que tenga d
, gra
de mármol caro y mesas de cristal. Sillas de cuero y cua
aq
y se
ta y escuché algo en alemán, pero c
repetía lo mismo. Pero también me temblaron las
ubir aún la mirada, sentí como ese olor a hombre, a colonia mu
tanto por mi parte c
. Nada más y nada menos que con el hombre más guapo, atractivo y sexi del mundo. Con una mirada arrolladora. M
ita Na
repitiendo al ver como sus ojos azules me calaron ha
olía mirarlo, me picaba el corazón al
voz. Maldito sonido que me ent
ué se me hacía
sin mi
aba comportando como t
tes
s, h
dos hombres. Qué más da que su belleza te
, y sé
aturdirme, no se callaba y yo