Pecados en el Paraíso
queríamos ya veces nos hacíamos daño. Pero al final, siempre nos perdonamos... Porque éramos amigos. Dejé
sperando a Valquiria. Esta vez hicimos menos alboroto. Si que
manera. Lo único que cambió fue su camisa, q
o no estaría allí esperándola dos días seguidos. Sabía que ella no estaba muy interesada en continuar con esa relación, p
presionó que Val se llevara a Nicolás. Caminamos hasta el centro comercial, que estaba cerca de la escuela donde estu
idas y nos sentamos allí. Tardaron un rato en
icolás. - dijo Valk
colás. -
colás. - Dijo Aliss
lo dije, agi
hicas. –
iamos miradas esa noche antes de que eligiera a Valkyrie. O tal vez solo había imaginad
alquier cosa con alcohol, a menudo enloqueciendo. En segundo lugar, volver a casa con aliento alc
s sobre los evento
Nicolás con
salirse de mi pecho. En fin, alguien que co
ndo sentarme a su lado y llenar
Intercambiamos algunas palabras
ar más cerca de
ieron.
acercarme a él sin
es son
mente lo contra
dio enamorada de
untó tomando un sorbo de su cerveza q
es la verdad. - le confesé con la esperanza de
os contra sus labios carnosos. ¿Qué quería Valkyrie má
Ella ama a tod
es verdad... Lo juro. – Traté
ces, te lo cr
Vale. "Especialmente si ha estado
edo creerlo? – p
no quería monopolizar la conversación para mí, después de todo, todavía se estaban c
minutos y no pu
estudia en el m
en tercer año. Graduar
pre va
trecerrando los
tiene
esta pregunta, Juliet. Sé muy poco de
as visto con una c
sobre él... Pero no podía hacerle todas esas preguntas invasivas, que estoy seguro que él diría que no podía responder
ortancia, organizando un próximo fin de semana
con Val, como siempre.
estaré
Pensé que e
uela como si fuera mi novio. No quiero sali
quería correr el riesgo de que llegara y me viera con otra persona. Seguramente ella también se culparía por el resto de su vida si Adriano la
pregunté sintiendo un dolor dentro de mi pecho
damos quedarnos juntos en Ma
tien
– Pero nunca me gustará otra
? ¿Cómo nos puede gustar tanto l
lutamente perfect
r
uiz
varias veces. Creo que ella pued
confío en ella. Cr
visto a Adriano h
, especialmente a Val. Dani no tenía opinión al respecto. Ella era un poco diferente a nosotros. Creo que Dani siempre fue más maduro. Y aunque siempre estaba junto, no se metía demasiado
nte para que literalmente nos asustáramos. Como estábamos en el último año, queríamos vivir todo lo que pudiéramos e
bebidas y comida y obviamente invitaríamos a todos los chicos que quisiéramos all
or la fiesta de la escuela. ¿Si nos comprometiéramos a recaudar fondos? Ob
l? Creo que no. No es que a mis amigos les gustara o les disgustara. Simplemente no lo conocían, así que no
Fui tan valiente que un día le pedí a mi prima Lorraine que fuera a su casa y le preguntara qué le impedía quedarse conmigo. Y él respondió con todas las letras: "ella es una niña para mí". Eso terminó conmigo. Así que decidí que era hora de amar a otro. Coincidentemente, Cadu apareció unos meses después, borrando por completo al bastardo surfista que se había apoderado de mi mente y mi corazón durante tanto tiempo. Sí, cuando yo tenía 15 años y él 25 tal vez yo era el niño que él pensaba que
feliz. Que estaba aterrorizado de que algún día lo agarrara por la fuerza. ¿Sería capaz de hacer eso? Creo que no lo hice por falta de oportunidad. ¿Si estaba loco, como decían mis amigos? No... Creo que solo fui valiente. Mi madre solía decir que a medida que creciera, ya no tendría tanto coraje. Ese tiempo me haría madurar y volverme cobar
ta tan esperada, Nadiny se m
u a la fiesta
Fingí darle
hará todo lo po
speraré. – dijo
sorpr
o es
porque ninguna de las veces que prometía llevar a Carlos Eduardo a algún lugar ella tomó. Lo esperé tantos sábados en el Manhattan Bar... Y su respuesta cuando no venía, al día siguiente, si
a blusa negra ajustada sin detalles. Las sandalias altas le dieron
r al mismo tiempo. Alissa y Val estaban emparejadas y yo estaba un poco celoso de estar con un colega con el que no estaba muy familiarizado. T
y Val vinieron a cubrirme. Val
quién conocí
– pregunté
izo un
e no... Mu
Adr
a r
Cadu, J
unté sintiendo mi cora
ga de toda la vida. Así que creí. Y si Carlos Eduardo estuviera realmen