Perfecta Asesina

lársela sola. El entierro de su padre fue solitario, si no fuera por ella solo seria un cajón en

miembro de la organización de la que

los miembros hablo —Pensamos que serias tu quien ocuparía su lugar, pe

ervenir —El siempre deseo que fueras tu quien heredara su puesto en el grupo, debes honrar su memori

nocido como la rana dorada reprendió a la muje

brindarle mi apoyo, tendrá que hacerlo por sus propios medios —paso a un lado de Hela para dirigirse hasta a el a

os minutos en el lugar para brind

se encontraba Hela, no se despidió de ella solo giro

da una carta de reunión, para todos los miembros —saco una carta de su bolsillo dejándolo en la mano de la joven —Se que no debería decirte esto…. —llevo su mirada hacia el camino donde la m

.

ría al caer la noche. No estaba muy segura en lo que diría o si ese hombre estuviera dispuesto ayudarla, pe

lgunas personas bebiendo fuera y otras que gritaban en el interior de

s que estaban a unos metros de ella —¡Oye, muñeca! Que te parece co

a el sujeto mientras

Vicenzo? —dejo su casco sobre el capo d

ayuda tiene un precio, preciosa, y dejame decirte que no es dinero —los tres hombres que acomp

cuero, dejando ver el comienzo de sus pech

no del bar —el hombre comenzó a lamberse los labios —Bueno

a el cierre de su pantalón para dejar su miembro al desc

de el, mientras que los demás hombres sacaban sus

de sus cuchillos para cortar, en un corte limpio, lo que tenia en su mano. A medida que ella se incorporaba el hombre caía d

del hombre en su rostro —Ustedes tres no se queden ahi

és. Al entrar las personas que se encontraba en el interior del bar, se quedaron viendola, un poc

ol

n hombre de una avanzada edad la

ando a Vice

n este lugar —ella se sentía molesta por s

banarle el cuello, anciano —remarco

o para mujeres —volvió

o a su bolsillo dejando unos cuantos bille

s hombres que estaban a punto de terminar una pelea. Al bajar las escaleras el olor que llego a sus fosas n

un grito, Hela observo desde las escaleras como un hombre con

legar a ese lugar, al entrar encontró al italiano sentado o

ipnotiza por su figura y por esa tatuaje en su torso que daba la ilusión de

se intimidada ante la

o una toalla húmeda para comenzar a q

da —se acerco un

fue asesinado —volvió a tomar asiento —Escu

tu apoyo —ella trato de insistir

po, niña —Hela camino a un lado del italiano —Dejame darte consejo —volteo para verla —Este mundo no es para débiles, por lo que tú padre me

ras pequeñas sus padres les contaban historias de princesas para irse a dormir, mi padre me hablaba sobre grandes matanzas —Vicenzo se quedo viendo en silencio

maleta dispuesto a irse —Finge que todo

bservo la fecha que estaba escrita en la carta, no le quedaría otra opción que pres