Egoísmo y Cobardía
solo subsiste una tristeza q
RLO
tu empleo. La indiferencia de las personas cegadas por todos los pensamientos que ocupan sus mentes. Yo, en particular
s encontrar más posibilidades de salir adelant
alimentar así que lo único que podía hacer era quejarme
reciera vacantes. Y como era de esperarse, yo, una publicista recién graduada no podía encontrar empl
dito riquillo con el puesto
pleada tercermun
que me imaginaba teniendo, evide
me aterraba, pero la respuesta
dito riquillo con el puesto
e permiti
la el perro, y b
esentó una joven mostrando sus dos melones en el pecho y con una f
oco a la imagina
a entrevista? -Indag
a detallé u
elito, ella tendría un cult
no puedo entender el a
enina'', pero al menos segu
co a poco. No me gustaría llegar a los cuarenta
d tal vez ya me ib
leo. -Sonreí, en cambio ella
cree muy segura con la cirugía
enía la ventaja, porque, vamos.
espués notan si tienes un gran potencial en ese pecho, si
animales sin pen
spera algo grande, al fondo se visualizaba un pasill
mis hombros chocaban con lo
le devolví
ordó a un capítulo
r cómo una lombriz pelea po
ni
ad cada una. Y en vez de asistir a una entrevista de trabajo, parecía una
mon
tomé asiento al lad
o capaz de vestir u
mayoría de personas en la sala giraron ha
sen abrir, unas palabras casi ang
fa! -Oh gloriosas palabras. Si me con
ca fui, en
tan costoso era, un pantalón ancho azul celeste y unos zapatos altos. D
ue se encontraban en
a se les quedó en e
orear la gloria, ya que yo era l
eneración de pie
e se convierta en megáfono -Del ascensor salió un hombre, alto y delgado, de cabello negro y piel trigueña, ojos pequeños y alargados, labios gruesos y mandí
s de las minifaldas al
pecar, ¡Oh Dios mío!, cad
una carta a
acía el hombre. -¡No dejaré que metá
ta!, manda a estas chiq
erencia, ignoró las palabras de la mu
ero quisiera ser directo. ¿
s aparecieron para d
. Parecía el comienzo d
de aquí -dirigió su mirada hacia el sofá. El hombre jadeó. -. Vamos a evita
la mano, except
nte todo, as
engo morales que me impidieron
la mujer se
os?, ¿No tené
y junté mis manos
o soy recién gradua
detenimiento. Posiblemen
tás vos -Dirigió su mirada hacia el ho
metiendo en mi
batió. Se dio la vuelta y caminó hacia el pasillo. -. Se
y éste me obs
vas? -Me p
lamó la mujer. -. Ven
iné por el pasillo tras l
estos son problemas colater
en frente del escritorio. Ella se sentó del otro lado y después de qu
era intuitiva, como si supi
ariamente mi cerebro expres
unos pasos deambulando en la oficina, y en un par de s
Vos sos un perro faldero. Le agrad
un consultorio, en el cual yo era la
rte, la infidelidad es mental. ¡S
s tenés? -inq
os. -i
decepciones en t
s publicista. ¿Traj
ora. Pe
, de la cual saqué mi hoja de vid
verdades y logros no muy significati
decía que no me quería en este lugar, y el de la mujer era du
sentimientos salen a relucir los
que no sos casada.
correcta. -Mentí. La verdad era que, no he e
n. ¡Por favor no crean que su pr
ujer. -entre todas las candida
revistado a las demás.
oca. -Se ofen
etidos?, es una pregunta q
e falta experiencia. Creo que emp
de otra, mi es
Al apartar su silla, golpeó al hombre en
... -Se que
a hablar con el enc
nas flores este domingo,
e la contrataré. -
sus palabras y
túe de pie con timidez
si aquel hombre estuviera deseando con todas sus fuerzas que me mu
ho, me consideró una mujer hermosa hasta el día
por e
ó la mujer. Era evidente que
resar al ascensor,
a -La puerta del ascensor se ab
ensor entre to
era vez que un Jean
as que han sido engañadas po
Bogotá? -Aver
se
és sentir vieja, solo soy 4
brujas tambi
za -Giró su rostro hacia mí y me observó de pies a cabeza. -. Vos no sos fea
uerías mis riñones
uiero que me mantengás informada de c
n favor entre mujeres, porque, vam
ra que te paguen m
empezamos
s, si podía ayudar a apaciguar a un per
o hago por
pero que no te metá
-Informé. -.
do que eras secretaria, eso me calma. -
nreír antes de que las puer
vez, esperaba logra
falta unas palabras de la mujer para que el encargado del personal sacará un
falta la fi
Llevá el contrato a la oficina de mi prometid
ñora.
n del piso 20. En mis manos llevaba el c
bio, tendría muchos beneficios. Eso no sería una mentira, así
si lo hizo
la sala de espera despejada. Respiré aliviada, pue
suficientemente eterno. Mientras más me acercaba, más deseaba esperar a la mujer en la puerta,
rta y la toqué
ta y me encontré con una i
cancelación
í ascensor. La muchacha estaba sentada encima del escritorio mostrando sus piernas, y el gran
. Se dio la vuelta y me observó. Su expresión se relajó por un par de segu
abía una voz varonil
ulpe... -Pretendí verme lo más
permitía ver las manchas de labial en su ros
llamó su atención. Me miró sobresa
co elegante, la arrastró bajo su escritorio. La obligó a agacharse,
Au
tó sobre la silla y limpió el labial
experiencia. No
nos tacones ll
en voz baja. -. Te contrataré y te pagaré de
eraba. ¿Cuándo se presentará
sa con calm
amente. Lo que más me asombró fue que, no tenía un
é de la puerta y le permití el ingreso a la ofi
pió el hombre. -. Sin
ido, y en el rostro de la mujer, se
entras me hacía un gesto con su mano derecha
cambio repentino?
endo mi palabra. Pero al pensar que aún no
e una empleada de la empresa, por lo t
ués de firmar, me observó con preocupación. Yo dirigí mi mirada hacía el escritor
ndías,
-Dudó la mujer, m
s, las labores de secretaria serían un segundo plano -La voz de
té a guard
venida a la empresa. Esperamos trabajar contigo.
la vuelta y lo observé. -. Estás contratada.
riminaba lo que estaba sucediendo. Aquel pequeño acuerdo, aquel pequeño trato, estab