MI DELEGADA

os de la universidad. Para un hombre de cuarenta y cinco años, es bastante sexy. Pero con ese ceño fruncido en su rostro, dudo que salga con alguien. Me temo que solo de pensarlo, o el prof

iene por los brazos y sacude su pequeño cuerpo violentamente. Yasmim intenta liberarse, pero es inútil. Todavía me pregunto cómo un chico de diecisiete años puede perder el tiempo con un cabrón. Ella le ruega que se detenga. Los recuerdos nublan mis pensamientos, dejándome paralizada. Quiero salir del auto y ayudarla, pero no puedo moverme. La misma voz de hace cinco años me susurra que tengo que reaccionar para volver a ser fuerte. Buscando fuerzas internamente, saco mi celular de mi bolso y marco el número de la policía reportando el asalto. Y como siempre informan que van a enviar un vehículo, pero ¿cuánto tiempo? ¿Una hora, media hora? El tiempo suficiente para que suceda la desgracia. Cuelgo la llamada, y considero salir del auto e ir allí y frotar la cara de este cretino en el piso. Por el espejo retrovisor veo bien la situación, y me sorprendo cuando el hombre levanta su gran mano y le da una bofetada a Yasmim, haciendo que la joven retroceda unos pasos. Sin pensar en nada y ciega de rabia, abro la puerta de golpe y corro hacia el cretino saltando sobre su espalda. Sorprendido, se tambalea sobre sus pies. Con mis brazos alrededor de su cuello, lo aprieto para ahogarlo, desafortunadamente no tengo suficiente fuerza. Desesperado, me agarra de los brazos tratando de bajarme, ni siquiera una grúa puede sacarme de aquí. Grito varias palabrotas en su oído y sigo aguantando. El agresor maldice, grita, mientras Yasmim observa la escena desde lejos, sentada en el suelo. La luz roja y azul se refleja en la fachada del edificio y la sirena suena fuerte. Al fin. “Voy a demandar a esta estación. Escucho voces elevadas que vienen directamente de la recepción. ¿Demandarnos por qué motivo? pienso mientras termino el informe de la fiscal Suzana. Llegué tarde con la fecha límite, así que decido que otros podrían manejar la situación. “Yo no hice nada, él lo hizo. Él la golpeó, y la policía tardó demasiado, alguien podría haber muerto. — Eres testigo del asalto. Y si no mantienes la calma, te desacataré, ¿entendido? está bien. Creo que es hora de intervenir. Hago clic en enviar documento, cierro el cuaderno. Enderezo mi camisa , deslizando mis manos para quitar las marcas de la tela. Abro la puerta de la sala, y cuanto más me acerco a la confusión tengo la ligera impresión de que conozco esa voz. ¡A LA MIERDA, PARE! ¿Camilly? No puedo evitar que mis ojos deambulen por su cuerpo. Pelo suelto, de pies en pantuflas de tela, y en pijama. En realidad, no puedo considerar esto como un pijama. Los shorts son tan cortos marcándome el culo que quiero arrancarlos con mis dientes, y el top despierta mi polla provocando los efectos de una bomba atómica dentro de mis pantalones. ¿ No lleva sostén? Sus picos espinosos marcando el raso me hacen salivar.  Mierda. Mierda. Mierda. La vista de tenerla sobre la mesa con las piernas abiertas, rindiéndose a mis deseos me vuelve loco. Recuerdos de tu boca chupando y tragando mi polla dentro del baño invaden mis pensamientos. Paralizado, observo desde lejos tratando de mantener el control para acercarme. Sheron. Eso, prometí que no tendría otra mujer en mi vida y cumpliré esa promesa. Desabrocho dos botones de la camisa para enfriar el calor que me consume. Tomo una respiración profunda y doy un paso adelante en la confusión. — ¿Camilly? - Digo tu nombre. Lentamente se da la vuelta ante el sonido de mi voz. Sus ojos marrones se encuentran con los míos, y puedo ver que está tan sorprendida como yo. Tragando saliva, noto que sus mejillas se sonrojan instantáneamente. Levanto una ceja en completa confusión. Nunca imaginé que podría verla con vergüenza, ni sabía que ella la sentía. — ¿Brian? Oh, ¿qué tan bueno eres el delegado entonces? Su expresión cambia de sorpresa a furia en una fracción de segundo. - Sí soy. ¿Qué está pasando? — Dirijo la pregunta al oficial de policía a cargo. “Señor, esta chica es testigo de una agresión física. La pareja está proporcionando una aclaración. Pero no entiendo... ” “Mira aquí. Camilly levanta la mano, interrump