El Último Beso
Autor: ODALIS PICANO
GéneroRomance
El Último Beso
Ayla miró la avena que le había hecho Maria, y se sintió abrumada por la generosidad de la mujer. Estaba tan conmovida que no pudo evitar llorar. Sus ojos se llenaron de lágrimas, y estas bajaron por su rostro.
"Señora Clark, disfrute su desayuno. Anoche no comió nada, y todavía está enferma. Acabo de recibir la noticia de que el Señor Clark no volverá hoy, así que puede descansar en casa tranquilamente", dijo Maria, dedicándole una sonrisa alentadora, y luego regresó a la cocina.
Al terminar el desayuno, Ayla se puso una bata blanca y salió al jardín. Miró alrededor del lugar mientras estaba sentada sola en una banca. De verdad, el jardín era hermoso, sin embargo, a ella no le agradaba. Con tanta tristeza en su corazón, era imposible concentrarse en la belleza.
Se quedó todo el día en casa, pero esto no duraría para siempre. Al día siguiente asistió a clases. Alrededor del mediodía, se dirigió sola al banco que estaba cerca de la escuela, ya que allí tenía guardados algunos ahorros.
Ese dinero lo había acumulado gracias a sus trabajos a tiempo parcial. No era mucho, pero podía trabajar y ganar aún más Así que la chica fue y retiró el dinero del banco.
Se encogió de hombros y se fue del banco. Luego empezó a caminar de regreso al colegio. La familia Woodsen la había adoptado, pero nunca pensó que terminaría así.
"Lala". Ayla vaciló al escuchar aquel apodo tan íntimo. De hecho, no esperaba volver a oírlo. Esa llamada tan conocida le hizo temblar el corazón levemente, y se preguntaba si había escuchado mal.
Sin embargo, la duda disminuyó cuando una figura esbelta se acercó y se paró frente a ella. "Soy yo, Lala, ¿ya no te acuerdas de mí?".
La chica levantó la cabeza y miró a la persona que tenía frente a ella. Él seguía siendo tan atractivo y gentil como antes. Incluso, ese día llevaba un par de lentes con montura dorada, luciendo más tierno.
Se trataba de él, el hombre al que había esperado durante cinco años, su Toby, el chico al que había amado, y en quien confiaba.
"Lala, ¿cómo estás? He regresado del extranjero". Toby se acercó a ella, y entrelazó su mano entre la suya. Su voz era tan tierna y dulce que su corazón se estremeció.
Ayla asintió mientras se le humedecían los ojos. "Me alegra ver que estás de regreso, Toby", expresó ella.
Nunca se imaginó que su reencuentro, después de cinco años, sería de esa manera.
Sinceramente, no hubo emoción, ni expectativa, ni entusiasmo. Si hubiese pasado como en los viejos tiempos, ella habría saltado en sus brazos, llorando y contándole todo lo que le había pasado en este tiempo, así como su profundo anhelo por él en su corazón.