Relatos del Hadalid: Bosque Olvidado
rate por lo que más quieras
le impedía habl
casi llegar a la entrada. Habían encontrado el tesoro, y junto con el
anita- le reclamó también entre j
r casi a salvo, pero la entrada era pendiente. Varias columnas sostenían
n que habían tomado ventaja de aquello que los perseguía. Debía
ultó detrás de
un poco el alient
taca por sobre lo demás, no lo toques- volvió a reclama Entonces en este últi
eother, igualmente recuperando el aliento - ¿Pero quién se
do a callar
a de sus espadas, se preparaban para una posible pelea. Cosa qu
eros veían por las noches. Nadie se había atrevido a entrar nunca ya que también era el lugar
ostumbre de los habitantes de la aldea más cercana. A la mañana siguiente; si dicha ofrenda no estaba en
osible de realizar. Así el secreto se convirtió en mito. El mito en l
campanita para avisar a los seres del interior que esta
de dicha cueva y decidieron investigar. ¿Cuál sería la sorpresa que se llevaron a
grado y guardaron el secreto. A los dos días posteriores, después de haber preparado
consigo cuando Neother vió, en el centro de dicho tesoro un altar con una ca
parte de su botín y fué entonces, justo entonces cuando Siegfried
abía hecho sonar la campana a
estaban. Un lugar de la cueva que no habían explorado antes. Después
da y oscura. Neother y Siegfried intentaron en vano alcanzarlo con antorchas encendidas. S
n dicho todo. La decisión fue tomada en el momento en que vieron un brazo ensangrentado en la tier
ían a sus espaldas el revoleteo de no solo uno, sino varios seres. Antorchas en mano
etrás, desapareció en la oscuridad y escuc
etrás de ellos y Neother lanzó la antorcha que les quedaba. Ya la luz de la entra
z más rec
- comentó Siegfried- hay bastante l
hondo, Neot
Se detuvieron con los ojos muy abiertos, cuando escucharon varias ris