Miserable matrimonio.
se encontraba Liviana. La noche más importante de su vida había llegado, no sabí
el
estaba feliz de entregarse a él. Su nana le h
y encajes. Y ni hablar del ajuar, era el color de la pasión, rojo como la sangre. Estaba ensimismada mirándose en el espejo, tenía que admitir que estaba preciosa, no podía
nsar en cómo se comportaría Marcus esa noche, ni mucho menos pensar como sería, puest
cidió recostarse y esperarlo acostada, lloró al saber que él no vendría, lloró porque sabía que Marcus no le correspondería nunca,
rvaría para sus amantes, sí, porque pensaba tenerlas, y muchas, y claro que se lo haría saber a su queridísima Liviana, como se lo prometió a sí mismo, la haría sufrir y la llevaría a un ma
mo un ángel pero a la vez la tentación en persona, y más con ese corto vestido de seda que dejaba descubierta sus piernas, sus manos picaban por tocarlas y sentir que tan suave era su piel, luego estaban sus cadera y cintura, que a pesar de tener más volumen en comparación a la mujeres con las que estaba acostumbrado a acostarse, eran una tentación insoportable, podía ver claramente la curva por encima del vestido, y sus
arla. Y para que no volviera a ocurrir lo mismo asignaría una habitación diferente para cada uno, c
rfumado con los perfumes más deliciosos y se había arreglado más de la cuenta para él, pero nunca llegó. Tenía que ser realista, ellos se habían casados por obligación o por lo menos
sa de campo de los duques, a pasar su luna de miel. Al llegar al comedor lo encontró sentado en la mesa leyendo el periódico del dí
se sentó en una las s
ió él -. Espero que ha
ndría el descaro de recordarle que no llegó
respondió Liviana sorprendida por d
iciencia sabiendo que eso la haría sufrir, pero
, soy tu esposa Marcus- dijo Liviana, a lo que
dos a ese matrimonio? Por haberlo besado en contra de su voluntad. La miró
, recuerda que aún sigues sien
ompletar nuestra unión - Liviana no se había dado cuenta de lo
o una apariencia ante la sociedad, por mi seguirás siendo virgen porque no te tocaré, ¿qu
a vio anoche, no dudaría con llevarla al placer más exquisito, pero solo él lo sabría,
mos a concebir un heredero? – preguntó livi
uyo, sencillo- Liviana estaba destrozada, no sabía cómo reaccionaría verdaderamente si Marcus hicier
mporada en Green Hill
es como quería mantenerla, triste y desdichada -. ¡Ah!, y otra cosa, nunca más me reclame por no llegar o llegar tarde en las noches, si
n sus palabras, ¿acaso estaba ins
error que cometió al besar a Marcus esa noche, tal vez ella no estaba destinada a ser esposa de Marcus, debió de haber esperado a ver que le traería el fut