Solo dos veces al año
dió hacer una fogata en la arena y así no tener que recoger toda la basura el día después. Muy inteligente, ¿no crees? Además, moti
la ex de tu hermano? -
en como cuñada, no es otra rubia tonta de las tantas que mi hermano trae a la casa. Así q
de inaugurar la actividad. Dicen por ahí que las reinas nunca llegan tarde y aunque es un poco egocéntrica esta afirmación, lo cierto es que nunca me ha gustado ser la primera en llegar, p
h, pienso cómo me voy a vestir, tengo algunas prendas nuevas para estrenar que seguro a Andie le encant
algo como sigas con tanto sigilo -gr
comparado con la sorpresa que te espera -repite sus p
ran mi tía y mi abuela a la cocina, conversand
e abrir una consulta en el pueblo. Espero qu
a llamar para que bajaran a comer algo -interrumpe la abuela
nes mías, que nadie está conspirando en mi contra, pero el tema con Leo me pone
a de Mary, Leo -menciona Andr
más emocionado de lo común en él, que sería cero emociones. Y se va, o
Me quedo viendo por dónde salió y pienso en qué será lo que tiene preparado esta vez. Además, no puedo evitar ob
ace la vida un infierno a él soy yo. Al menos, sucede así desde que tengo once años. Excepto cuando tengo cerca a cierta persona non grata para mí y
jos grises de mi sueño y
! -ahogo un gr
n rato, pero no es posible, no puede pasarme esto otra vez. Esos ojos en mis sueños no pueden ser u
abrirme a las emociones que se acumulan en mi pecho. Mis nervios se crispan; es frustrante aceptar lo que aún me provoca su recuerdo. Pensé que después del tiempo que ha pasado y las condiciones tan extremas en las que nos despedimos, no reaccionaría cómo lo estoy haciendo, pero una vez
ino dos veces. Con la misma persona. Con el mismo resultado. Una promesa incumplida. Un corazón roto. Dos veces de creer en falsas promesas, en palabras endulzantes
os recuerdos son tan nítidos en mi mente que lo siento más que lo escucho. El movimiento de sus labio
con la cruda convicción de dejar todo atrás; de olvidar todo aquello que tanto daño me hizo y pasar página. En esos momentos mi seguridad estaba en su nivel habitual y me veía capaz de afrontar las
testigos de mi dolor. Si bien no por conocimiento, sí por asociación. Mi ausencia, después de catorce años ininterrumpidos, fue notable y bastante obvia.
decir: otra. De tantas. Y está
será el primero de muchos. Porque si la realidad que se me viene encima,
a vez en la vida», susurro, por lo bajo. Cierr
ien, es mejor olvidar que mi extraño chico de ojos grises, existe; todavía no hay necesidad de martirizar mi existencia. Me entrego a
s miedos, todo de mí, a un extraño de ojos grises. Hace cinco jodidos años, dejé de ser la niña soñador