El idiota del que me enamore

Uriel

, ¿Puedes creer eso y más con esta cara que tengo? — Gretta solo se ríe ha

enacuajo — le vuelvo a voltear los ojos mirando mi teléfono

n la pantalla de mi teléfono por la pantalla de su laptop, en

u teléfono y luego me mira — Es mi prima... ¿Te acostaste con m

también es mi prima

ma de sangre pero responderme, ¿Te acostaste con ella? — mi

ándome de la silla, mi teléfono empieza a vibrar mostrando el nombre de Gretta, t

ontigo — miro a mi papá

.. — rueda los ojos y me p

no fastidie al prójimo — se va pero sin antes decir

y suspiro tomando

rando cualquier regañ

ella? — insiste en s

respondo c

prima, ¿Cómo se te ocurre? — r

ersonas que conozco de tu otra familia — exclamo m

problemas con mi padre — cuel

.

la misma chica que vi ayer en el elevador del edificio donde v

e suspira y lo llama por teléfono, asiente dejándome pasar, entro y lo veo sumergido en pur

o me adoptaron mis padres, Iván había perdido la memoria y eso no era muy bueno ni s

a de los papeles y me mira con cierto enojo — No me digas… te gusta — vuelv

ué viniste? — pr

vanta su mirada — Es t

o pero no te acerques mucho a ella, mi padre es sobreprotector c

tamos — me mi

a todos — me levanto pero me detengo para decirle algo — Si, eres muy chico para ella, no

trabajo. Miro la hora apenas salgo del ascensor entrando al área de d

cho. Respiro profundo y camino a su oficina, entro y me siento frente a él. — Ten, necesito la opinión de alguien j

ellos necesitaban una nuevo mentalidad, una nueva idea de llevar esta empresa a un nivel más alto y no cerrarse en el estereotipo cliché de siemp

udiare… — acep

podríamos mejorar, eres nuevo, así que sorpréndeme

n, general — se r

con Juliana, ella es la líder de tu área — asiento, suspiro llegando a mi puesto, miro a mi alre

a un lado de mí, abro mis ojos mirándola revisar la carpeta

regunta, sé que Bruno, o

pidió el jefe, señorita Torres — no me mira, deja la carpeta y se va, suspiro mirándola irse

r mantener distancia a provocar la

…

que son las 8 de la noche, frunzo el ceño entrando a la cocina ya que t

n la noche — suspiro destapando el plato que tapa el contenido y veo que me ha dejado g

molesta, solo me molesta que venga d

eléfono del apartamento y llamo a

ro la nota y la volteo viendo que mis padres esperan que no queme el lugar,