INSPIRACIÓN
ÍTU
ia al ver llegar a los hombres armados, puso sobre aviso al viejo en su despacho. Don Jacobo ordenó a la mujer ir a encontrar a Octaviano al camino, y evitar que trajera a su sobrina a la casa. Por lo mismo, le dio algo de dinero a Rosalidia como liq
mi dinero v
o que no cuento c
ienso irme sin mis 40 000 pesos. Así
prando con la supuesta
ía aceptar las tierras que colindan co
los 400 000 pesos... Eso
-dijo Arnulfo poniendo su pistola
vo. Rosalidia a caballo y con su hijo en brazos, le salió
ación asomándose por la ventanilla de
omo Rosalidia gua
eguntó la joven sintiéndole casi en au
aminos -respondió Octaviano -. Debo llevar a mi esposa Rosa
que fuera dentro junto a ella, ya que el frío no daba tregua a nadie.
en la carreta, Inspirac
señorita - dijo Rosalidia
ué se
a. Pero Rosalidia no le comentó sobre el dinero que su tío le había enviado; ya que pensaba que el viejo moriría a manos de
voy a hacer yo sola
ia... Octavio no irá a l
es de Rosalidia, ésta se quedó
n Jacobo me la encargó. Yo iré a buscar al
se va a quedar. Su espos
dar con su maleta. Pero
ciado para su tío. N
e va a poder de
acobo, que usted era demasiado t
habló con su esposa. No podía permitir que la joven fuera sola a ese
.. ¡Será mejor que te ol
e necesita
yo también te
s están a salv
a ir Oct
aré... Toma- dijo entregándole unas monedas-.
y guardándolo en su sosté
camino que iba a la hacienda, Oc
gará nunca señorita -di
usted... Vuelva con su fam
tá tan enmui
ué qui
esta... Venga la lle
ntinuó caminando-. ¡No
aunque no quiera la voy a cu
..? ¡Aléjese de mí! ¡Qué
ue estamos a mano. Y más le
ebe ser de mi tío! Se lo quiere quedar ¿verdad?
ención... Suba ya - dijo el hombre subiendo al
e ayude! ¡Y deje d
ión! ¿Pos
sí como
o si
ted es ca-sa-do. Y tampoco m
ué d
te piense que usted y
que es lo que le molesta tanto de mí. Es s
se que su vida no me impo
gritó Octaviano -. Si la ayudo no es por usted, téng
resignada subió a l
lo... y con e
con una mano la rienda, y con la otra las dos ma
, ella lo observaba discretamente; y fue allí mismo que en su estómago una sensación extraña comenzó a revolotea
/0/13874/coverorgin.jpg?v=141a69876f8faa6ca4cbc2e4c8561bba&imageMogr2/format/webp)
/0/20000/coverorgin.jpg?v=e52d67d6d2d6a84b7c520adc47d0be03&imageMogr2/format/webp)
/0/14284/coverorgin.jpg?v=dbc05cf49620b169aeaed42e748e0000&imageMogr2/format/webp)
/0/19107/coverorgin.jpg?v=9bc8eba77866f19d549623ce6bc3d057&imageMogr2/format/webp)
/0/19930/coverorgin.jpg?v=09cc920fd7f0039eceeda46f1ce775c5&imageMogr2/format/webp)
/0/16208/coverorgin.jpg?v=c1be4cb207738d56bb6b2af3932e6c33&imageMogr2/format/webp)