Entre el hábito y el amor
e el nuevo inicio de semana y lo pacÃfica que era esta época. Sin embargo, las personas más impo
que cualquier persona, ni siquiera come lo que le dejamos. Apenas pudimos
ar. – El rey Harold se frotó los ojos fuertemente con ambas manos por la tensión y el querer evitar desbordar alguna lágrima. Cuando eres padre, que le
sujetó del brazo a su esposo en señal de apoyo, ella también estaba sufriendo el mi
ambién. Iremos ahora mismo con él. – Letizia asi
u maj
n su cumpleaños número 9 quiso estar solo. Desde hace un mes comenzó a actuar de esta manera, volvió a mojar la cama, se rehusaba a
mos aquÃ. –
u padre y su madre se sentaron a ambos lados de la cama, Letiz
ucede, cariño? Esta
de su hijo. Thomas, no hay nada en el mundo que no podamos hacer po
en las sábanas y dijo
da! ¿Por qué siem
upados por ti, car
eve sonido hizo comprensible aquel movimiento. Thomas estaba sollozando y tratando de ahogar el llanto con una almohada. Letizi
e me lo vuelv
s más para que nos lo cuentes,
lo que comenzó como un sollozo rompió en un llanto fuerte y mu
s! No
umpliremos. Lo que tú quieras, sea lo que sea, lo haremos. – El rey le secó las lágrimas de su hij
reguntar, ni ustedes ni nadie m
laramente sucedÃa algo y debÃan llegar a fondo de ello. Letizia no apartó sus ojos de Harold, querÃa que le d
No pregun
prom
o indicándole que estuviera de acuerd
y posó su cabeza sobre la de él. Era una escena esplendida, una familia unida en un sólido abrazo
Thomas, tendrás unas va
acio
trenamiento. Pero, tambi
es, p
abitación y no ahuyentes a los criad
muchas dudas y miedo, no p
desesperes. – El rey acarició su
e quie
o.- Intervino Letiz
e. También quie
to donde se intercambiaban los te quiero entre ellos, esto alivió
adre se quie
bajó la cabeza. Thomas notó esto, antes de que sus labios emitieran siqui
emos. ¿Crees que hoy
creo que...
quà en tu habitación
n momento y asint
, pero ahora mismo las prioridades eran otras, la prioridad era Thomas. Las ideas feroces del corazón le hicieron la pregunta de si él ya la habrÃa perdonado, hace poco más de un año que habÃa nacido su segundo hijo Jaso
La voz de Harold la traj
, su m
a Thomas, no l
promete
n saber exactamente qué le sucedió a mi
preguntemos incluso nos
hasta ahora, ese ha sido nuestro fal
un sacerdote o doctor, él es un niño muy listo y se rehusará de inmedi
somos sus padres y debemos hacer ese trabajo también. No pa
seos son los mismos y h
estaban ambos de acuerdo al fin.
rcha dándole la espalda. Unos instantes después Letizia también comenzó a caminar, se tocaba el brazo mientras
onversando con una dama, era la asistente del marqués Kinne. Ella lo saludó con una reverencia, le terminó de entrega
mas, no ha mejorado y se re
majestad, ¿qué pued
reino, y si no los hay aquÃ, los mejores de paÃses vecinos o del mundo. – El rey hizo una pausa y luego con voz temblorosa confesó– Me duele
, se sintió conmovida, ella quizá podÃa ayudarlo de alguna forma. Los caballe
inevitable no sentir, siempre contará con mi apoyo. He jurado dedicar mi existencia a salvag
ente agradecido
s más indicadas para esto, el prÃn
cumplan pronto, Lu
or qué agr
go, quiero re
u maj
habÃa venido, cuando dobló hacia la izquierda vio a la misma dama de hace
se lo esperaba para nada, dio la
rÃncipe también. Le ruego me perdone por haber oÃdo parte de su conversación hace un rato
esestimarÃa ninguna recomendación
sona y qué tanta
niños que huyen de casa. Sé que no suena sorprendente pero, yo misma he visto su trabajo y lo hace con el alma
sta doncella que ahora le hablaba era impecable, a pesar de ser plebeya era muy responsable, capaz e inteligente, si recomendaba a alguien más, esa pers
dicha recomendación ni por haberlo importunado de esta forma, temÃa haberlo
o que
laro su
mi secretario Luis, dile que ordeno
la persona que ella recomendaba realmente podÃa ayudar al
a una pequeña iglesia que servÃa de albergue para niños, no era ostentosa para nada, tenÃa lo necesario como
! Vuel
si puede he
observaban l
estro quero Peter que llegó con
Es una alegrÃa. – D
n finalmente. – Agregó e
ta que de pronto se oyó el galope de un caballo a toda velocidad y detrás de este sonido otro galope de un carruaje q
rey Harold debo llevar conmigo una pers
ia? Eh, déjeme de
lado y lo extendió, se lo mostró al cura. – Debo
có a esa persona y le dijo. – Hermana, empaque s
uy confundida y asustada, ¿por qué el rey la habÃa mandado a llamar a ella especÃfica
favor bendice mi camino y a quienes
an muy pocas. Ella salió de su habitación y caminó por el sendero hacia el carruaje, mientras lo hacÃa vio el rostro de cada uno de sus niños, se obligó a mirar hacia el
toy l
cura le entregó en sus manos un collar de la cruz de Cris
erdad espero
ni siquiera sabÃa exactamente para qué iba al palacio o por qué la habÃan llamado a ella especÃficamente. Miró por la ventana y a lo lejos vio a
ue este dolor
so, el cochero no le decÃa absolutamente
ué me ha llamado su m
la monja agregó. – Pero, tal vez es algo relacionado con el prÃ
untó ella asombrada y se persig
amos. – Le d
haya ordenado traer a alguien
iene d
rsonas profesionales, no podem
novata, ya te cont
e. Esta decisió
a Thomas y Ud. también. No perdemos nada intentándolo con esta persona
el bien de su hijo, habrÃa que probar a esta persona. Finamente dijo. – Está bien, pero solo
acu
mos l
El carruaje avanzó directamente hacia el centro del palacio donde se encontraban el rey y la reina listos para recibirla, ella bajó con temor, jamás habÃa estado frente a personas de autoridad y ahora se encontraba cara a cara con las autoridades máxim
jestad la reina Letizia la espera
sobre el trono. Caminó hacia ellos y cuando estuvo e
ad del rey. Buenas tarde
iaje no haya sido muy a
uto su m
ntó Letizia viéndola despec
Hope Connor
nor. La hemos llamado para nos ayude con un asu
antenÃa la cabeza baja. El rey suspir
jores médicos, hombre de fe y profesionales, pero ninguno ha logrado ayudarlo. Me han dicho que U
mple monja del campo con mera experiencia empÃrica, ¿podrÃa ayudar realmente? Dudó mucho, no querÃa decepcionarlos
tá Ud. segura?
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o con audiolibros narrados por mà e