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Mr. Wentworth- Mi Idiota Jefe Británico

Capítulo 5 Mi última Victima

Palabras:3180    |    Actualizado en: 14/10/2021

han

silenciosa, cuando podía dar un paseo por las calles y admirar el Hyde Park en completo silencio sin esa terrible turba de turistas o adoles

do Londres o porque incluyera servicios sin igual. Lo que adoraba realmente era que se tomaban muy enserió la privacidad. Las 220 mil

on una persona que ni siquiera deseaba rec

gó con una ligera reverencia cuando abrió la puerta

udo m

, y di un respingo al ver aquellas palabras en los ti

frutando de una hermosa tarde de romance en uno de sus yates con la reconocida modelo de lencería Lana Nagel. No debería extrañarnos que un hombre que a diario ve la car

una indemización por más de cien mil millones de libras. Lo que inquieta a un gran número de personas que trabajaban para la empresa que esperan la carta de despido, algo que no resultaría sorprendente. El

de periódico

n los otros dos, negando con la cabeza al leer cada

ayor beneficio posible para mis clientes sin esfuerzo y sin pensar en nadie más que en nuestros int

s solo te encontrabas o eso deci

e de Londres habían perdido su atractivo con los años, y la única razón por la que me s

datorio de lo difícil que era el camino para un Wentworth que intentaba ser mejor persona. Me mantenía al margen, nunca hacía a

ente, me centré en el trabajo, y esperaba q

o importaba lo que hiciese. Nunca me consideraría un digno sucesor y trabajaría como dire

basura saliera a la luz, aunque eso solo era una de las razon

llar el remordimiento de ser cómplice, quienes estaban a mí alrededor también pod

mirar el apellido Wentworth & Asociados en plateado y gris que estaba

con los informes matutinos que le había solicitado y mi caf

brarme? Por e

a total de profesionalismo. Subí en el ascensor hasta mi

a sonrisa de oreja a oreja y eso me parecía extraño, ¿Cómo

ingún tipo de pudor de arriba abajo, deteniéndose en mis labios. —¿Tengo alguna llamada? —insistí—. ¿Han llegado los archivos del caso

ondas algo. — Bajó la voz y se acercó un poco—. Te envié una

pondo mensajes qu

as contigo, cuando te des por vencido y veas que somos el uno para el otro — explicó—.

ito. —Me negaba a continuar con esa conversación—. ¿Puedes asegurarte de que esté conectada a la

ura de que

y archivos del nuevo equipo de litigios de Lennox.

diferente, abrir tu corazón puede ser realmente bueno…Sé que es difícil luego de lo que oc

orrecta —le advertí—. Y tienes suerte de que tu trabajo

— Sé mordió el

sta

hubiera tenido un título universitario en leyes o experiencia en temas legales, le habría dado la oportunidad de ser mi asistente le

do, lo mejor a largo plazo sería con toda seguridad

o notas escritas sobre las reuniones a las que debía asistir. Ni correos electrónicos explic

ánto iba a tener que esperar mi café y mis notas, pero un email de mi abog

mi despacho, por favor, trae aqu

ad. También por supuesto de cada uno de mis débiles asistentes acudían a él lloriqueando como niños cuando no podían con la presión. Cuando yo era asociado, tenía callos en la

ese era el nombre de mi primer asociado y reunía todo lo que buscaba en alguien con el que debía trabajar codo a codo. Era puntual, eficiente, nunca se metía

a. Se encontraba sentado frente a Harvey, tenía los ojos rojo

e decir a mí —le animó Harvey mirándome con enfado

y me miró y emiti

do con todo lo que debo hacer por usted, señor. No he po

hace dos semanas, no pued

esitamos más problemas con Recursos Humanos que lleguen a

el teléfono constantemente, la bandeja de entrada de mi correo electrónico siempre está a punto de estallar, tengo callos en los dedos de rea

é abur

es de semana, pensaba salir de la ciudad y me

deseábamos impugnar una resolución y debíam

mirada penetrante, y

fin de

icia no

ofrece, no es suficiente para mí. Me prometieron la oportunidad de crecer y sobre

leados suelen hacer esto por escrito, a través de un preaviso de dos semanas —repu

n la cabeza mirándome con expresión reprobadora—. Y dado que queremos asegurarnos d

deberían tratarnos como basura. Le dije que no sabía realizar citaciones y me

—comenté con ironía

o ser abogado, señor, no un asistente personal. Tampoco creo que llevar el ca

irritado. —Si no deseabas ser asistente. Entonces deberías

r los ojos en blanco —. Muchas gracias por el trabajo que has realizado aquí

otra firma. Puedes estar seguro que vas a terminar como abogado de oficio en un par de

dio un abrazo a Harvey y lu

erró, Harvey soltó

nseguir lo que tus anteriores asociados no pudieron lograr. ¿Sabes que er

a esta firma. —Me acerqué a las ventanas—. Y eso es lo ún

nueva víctima. Debemos hablar de otro asunto. —Se paseó por la habitación—. No entiendo po

eo es ser el sucesor de mi padre para así poder limpiar el caos que sembró, sin embargo él ins

metiéndote en serios problemas gracias a tu actitud arrogante y egoísmo. Una de nuestras cuentas más im

para comprar acciones y revenderlas. No le era suficiente ganar, además quería obtener una

ortan las personas que trabajan en la firma, que te da igual los cientos de empleados que trabajan en Wentworth & asociados y por eso beneficia a Andrew — Me lanzó una carpeta azul brillante. Y yo sonreí

é es

dijo—. Es de una chica, y me he tomado la libertad de elegirla; puedo garantizarte que durará

no duraría más de una semana. Era como todos l

recomendada por Chambers con liderazgo personalizado individual. Con solo ve

triplicar la facturación de la firma después de graduarme, no era mi apellido, si no por el deseo de de

me había topado

ientras hablaba, diciendo lo mismo que había dicho antes—. No solo ha trabajado en una fir

e interesan sus trabajos benéficos

nr

o que también puede ir en tu lugar a las reuniones cada vez que decidas tomarte un descanso o, unas vacaciones. Su antiguo jefe me dijo que fue su mayor pérdida y que nadie podría ocupar su lugar, ni siquiera el inepto d

y se la entregué—. Puedes decirle que la entrevistare —. Lo pensé du

rió de ore

ata el puesto.—Dame unas semanas para seleccionarla y la probaremos, y si no funciona, dejaré que la s

ede funcionar —convine—. Solo tengo una petición: n

egó de redondo a mi petición— ¡Ni hablar! Olivia me as

r qué es hermosa?

Ves por qué neces

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1 Capítulo 1 La pequeña Becca2 Capítulo 2 Sorpresa, sorpresa 3 Capítulo 3 La cruda verdad 4 Capítulo 4 Una terrible idea 5 Capítulo 5 Mi última Victima 6 Capítulo 6 Un misterioso Caballero inglés 7 Capítulo 7 Un héroe misterioso 8 Capítulo 8 Primeras Impresiones 9 Capítulo 9 Tú el Orgullo y yo el Prejuicio 10 Capítulo 10 No somos tan distintos 11 Capítulo 11 No somos tan distintos (Parte dos) 12 Capítulo 12 No tan Hermosa como para Tentarme 13 Capítulo 13 Cómo Domar a la Bestia 14 Capítulo 14 Consejos para Atrapar una Gran Mosca15 Capítulo 15 Te Odio 16 Capítulo 16 Creí que me Odiaba... 17 Capítulo 17 Trabajando con el enemigo 18 Capítulo 18 Los Secretos de Mr. Wentworth 19 Capítulo 19 Los Profesionales 20 Capítulo 20 Los Profesionales (Parte dos) 21 Capítulo 21 ¿Quién eres y dónde está mi jefe 22 Capítulo 22 Pobrecillo Andrew 23 Capítulo 23 Un hombre sin emociones 24 Capítulo 24 ¿Por qué no puedo sacarte de mi cabeza 25 Capítulo 25 Mr. Wentworth... Ya déjeme en paz 26 Capítulo 26 Punto de Inflexión 27 Capítulo 27 Reflexiones sobre el desastre...28 Capítulo 28 ¿No es quién creía 29 Capítulo 29 ¡Maldita sea, Mr. Wentworth! 30 Capítulo 30 ¡Maldita sea, Mr. Wentworth! (Parte dos) 31 Capítulo 31 Los Fantasmas del Pasado 32 Capítulo 32 Una Pésima Mentirosa 33 Capítulo 33 No tenemos un acuerdo...34 Capítulo 34 Alguien tiene que ceder 35 Capítulo 35 No eres digna36 Capítulo 36 Cerremos el trato 37 Capítulo 37 Riesgos Previsibles 38 Capítulo 38 Evasión 39 Capítulo 39 Suposición a Priori 40 Capítulo 40 Consentimiento 41 Capítulo 41 Carga Probatoria 42 Capítulo 42 Malversación 43 Capítulo 43 Omisión 44 Capítulo 44 Acoso 45 Capítulo 45 Denegación 46 Capítulo 46 Supresión de la Evidencia 47 Capítulo 47 Supresión de la Evidencia (Parte dos) 48 Capítulo 48 Intermedio 49 Capítulo 49 Encubrimiento 50 Capítulo 50 Punto de Fricción 51 Capítulo 51 Angustia Emocional 52 Capítulo 52 Objeción Denegada 53 Capítulo 53 Objeción Denegada (Parte dos) 54 Capítulo 54 Contrainterrogatorio 55 Capítulo 55 Carga de Prueba 56 Capítulo 56 Condena (Parte uno) 57 Capítulo 57 Condena (Parte dos) 58 Capítulo 58 El acusado 59 Capítulo 59 La Demandante 60 Capítulo 60 Retracción 61 Capítulo 61 Primer Testigo 62 Capítulo 62 Pruebas Circunstanciales 63 Capítulo 63 Moción denegada, cariño 64 Capítulo 64 Bajo juramento 65 Capítulo 65 Perjurio 66 Capítulo 66 Alegato 67 Capítulo 67 Prueba exculpatoria 68 Capítulo 68 Anulación 69 Capítulo 69 Indagatoria 70 Capítulo 70 Delito culposo71 Capítulo 71 Recurso de Súplica 72 Capítulo 72 Apremio73 Capítulo 73 Careo74 Capítulo 74 Cómplice 75 Capítulo 75 Pujar 76 Capítulo 76 Avenencia77 Capítulo 77 Justo Precio 78 Capítulo 78 Libertad 79 Capítulo 79 Libertad (Parte dos) 80 Capítulo 80 Un nuevo y afortunado comienzo 81 Capítulo 81 Epílogo 82 Capítulo 82 Nota de Autor...