En la boca del lobo

de se encontraba mamá, sólo le

regunté, sintiendo u

unció e

ntó, caminando a l

La seguí y cerré la puerta tras de mí, as

... —murmur

e con su ceño fruncido.

no escuché nad

ue lo i

r, se escuc

, —la llamé, ella volte

unos segundos para de

el auto. Aquí no hay lobos, quizá lo que escuchaste fue un... Pe

zar, ésta semana sería de mucho trabajo para nosotras. La casa por dentro no estaba nada mal. Tenía un sofá grande color café y dos pequeños, en el centro

*

á llamó muy temprano a un mecánico para que revisara el auto que habíamos de

habitación para cepillarme los dientes, cogí mi mochila y bajé las escaler

aquí cerca era el sonido de los pajaritos y uno que otro animal.

egarás tarde!

Mi nueva escuela me esperaba. Mamá puso en marcha el

mos coches de ayer salieron del desvío que mir

os será tu compañero. —s

spero

personas empezaban a abrir sus tienas. Mamá se detuvo frente al e

tras se estacionaron en el parquead

spedí de ella, bajando del

migos! —exclam

ia. Le di una mirada de adverte

observé al chico que iba bajando del coche que ayer venía atrás de nosotras. Vestía unos vaqueros negros, camis

ner. Desvié la vista para que no crea que me quedé admirada por su belleza. Apuesto a que debe de ser el típico chico popular aquí. Me adentré a

dirección. Necesitaba buscar mi horario. Dob

escuchó deci

señora de unos cuarenta años, usaba l

oy nueva, vengo

su v

oy. —buscó en una carpeta l

ente lo

r día. —sonrió y lu

n mientras leía mi horario, tenía español a pri

adamente con sus amigos o amigas. Yo no sé si haré algún amigo po

s al segundo piso

ima en una esquina en donde estaba una enorme ventana que daba al parqueadero. Entonces lo miré. All

este colegio, y los más mujeriegos me imagino.

ijeron a mi

nte, llevándome la mano a m

ije a la chica que s

ró ella. —Eres nueva

parecer soy invisible porque nadie, hasta

a r

mo. Por cierto, soy

bien. Lo sé porque tengo el don de saber quiénes son buenas personas y quiénes no. Y

ina. —

alumnos empezaban a llegar, algunos me miraban ceñ

*

yo íbamos en el camino cuando una chica

por donde cam

or rosa pastel y una camisa que lleva por dentro color blanca, su saco también era del mismo color del short y su cabellera rubia estaba suelta. Su cabello er

? —se cruz

nr

sólo no lo vuelva

ta, la otra era cabello negro y un poco mas baja que la otra. Y la última chica era algo

stas chicas son peligrosas. —susurró An

pasillos estaban solitarios debido

cia la plá

ue tienes que llamar a tus

asombro. Al parecer n

quí, supongo que eres nu

na ceja y

gente eres.

se enfu

soy yo... Y mi novio, claro, somos los más r

pó en mi mejilla haciend

angre hirviendo.

mejilla. Mierda, dolió. Ella no aguantó y se