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La Pareja Misteriosa del Alfa

La Pareja Misteriosa del Alfa

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Capítulo 1 Una humilde huérfana

Palabras:2415    |    Actualizado en: 24/09/2021

vista d

ba en el césped junto a otras de la manada en un pícnic. Tiraron con descuido todos los des

haberlo hecho por sí mismas como era debido. Pero no, por supuesto, no lo harían porque había una humild

lo que mi espalda y mi cintura ya estaban muy adoloridas. Con un profundo suspiro, tomé una escoba y me acerqué para

la hierba? Aquí es muy difícil barrer". Apreté los dient

". La malvada loba cruzó las piernas con indiferencia y escupió

miró con un gesto burlón. "Oh, no le prestes atención a lo que dice. Ni siquie

uy molesta, mientras dejaba caer la e

na de las lobas, quien luego se levantó, me bloqueó el paso y me arro

basura! ¡Si no, le diré al Al

yo era solo una huérfana, a quien la manada de la Luna Negra había adoptado. No era más que una esclava, sin ningún otro estatus. Todos los de

ctiva de

como para otros, por lo que mi existencia era una desgracia en sí misma. Los híbridos eran seres muy poderosos y esto representaba u

mago amigo suyo en quien confiaban ciegamente, que lanzara un hechizo para ocultar mi línea

abía rodeado nuestra casa junto con otros hombres lobo. Mientras mi padre trataba de luchar contra ellos en el salón, mi madre me tomó de la mano y me condujo hacia un pasadizo secreto. Yo lloraba y rogab

lo que eres, incluso más de lo que puedas imaginar, pero tienes que ser fuerte. Un día, te convertirás en una híbrida muy poderosa, al punto de ser capaz de cambi

abeza y no pudo decir nada más. Con lágrimas en los ojos, me envolvió en un último abra

ahora. Intentaremos alc

ventana, observé como los Alfas lograron someter a mis padres y los empujaron al centro del salón. Todos llevaban máscaras y algunos miraban vacilantes a la pareja, co

mamá y papá cayeron sin fuerzas al suelo y

l más mínimo ruido, pero tenía que irme en ese preciso instante. Con lágrimas aún corriendo por mi rostro, di un paso atrás

lpeé, pero cada vez que me caía, apretaba los dientes y volvía a levantarme de inmediato. A pesar del dolor que torturaba tanto mi cuerpo como mi alma, tuve que seguir corriendo. No sabría decir por cuánto tiempo estuve

al suelo, pero en esta ocas

e encontré en la mana

a retros

a que algún día se harían realidad. Sin embargo, habían pasado seis años desde que lo dijo,

ban máscaras entonces, no pude reconocerlos. No sabía cómo vengar a mis amados padres. Aunque, de todos modos, todavía tenía que alcan

tido en un auténtico infierno. Más tarde me di cuenta de que la persona que me acogió e

dejó vivir en su casa, pero en verda

s me pude acomodar. Me asignaron todas las labores domésticas y siempre me decían que debía consider

ía que ninguna deuda de gratitud podía convencer a alguien de vivir felizmente una vida tan miserable

a que todas se fueran antes de recoger las cáscaras que habían tirado en el cé

ndo por allí. Siempre andaba con aire orgulloso, como si no hubiera nada que mereciera su preciosa atención. Yo había colocado el balde de agua su

doro. Inmediatamente saltó al suelo seco y compro

lo si

lo volví a colocar e

a lo suficientemente grande, así que era imposible no notarlo. Teodoro debería haberlo visto a una milla de distancia, pero sa

el ceño con disgusto. No estalló en un ataque de ira ni me golpeó. Solo era una

to", ordenó con impaciencia. Luego se dio la vuelta y se fue

porche, lleno de agua sucia. Calculé que demoraría más de una hora en

o. Bruno era el hijo de Teodoro, el futuro Alfa de la manada de la Luna Neg

e, como era el hijo del Alfa, no se le permitía pasar mucho tiempo conmigo, seguía siendo mi único compañero de juegos en ese entonces.

la Luna nos emparejara y que fuéramos compañeros para toda la vida, pero si eso no lo

ho, fue una de las principales razones por las que me quedé aquí. A pesar de la discriminación que tuve que sufrir pues todos me consideraban una humilde hu

al amor de mi vida. Pensar en él definitivamente alivió

incón noté algo reluciente. Por curiosidad, me acerqué un poco más y vi un br

onocí que este era el regalo que yo le había

entes colores del río. Trabajé para esmerilarlas, perforarlas y pulirlas cuidadosamente hasta que logré ensartarlas en una elegante pulsera. Aunque mis manos sufri

odo este tiempo, acumulando polvo en un rincón. Él siempre había sido descuidado con sus pertenencia

y me dije que se lo devolvería a su

más ta

igí a la sala de reuniones. Los invitados come

cenario, frente a todos los asistentes. Parecía que iban a anun

La Diosa de la Luna finalmente ha dispuesto que mi hijo Bruno García y Silvia Pérez, hija del Alfa Thomas Pérez, sean una pareja. Pronto celebrarem

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1 Capítulo 1 Una humilde huérfana2 Capítulo 2 La traición3 Capítulo 3 La solución4 Capítulo 4 La esclava sexual5 Capítulo 5 La subasta6 Capítulo 6 La revelación de identidad7 Capítulo 7 Tenía que estar con ella8 Capítulo 8 La fiesta9 Capítulo 9 Ella es mi pareja10 Capítulo 10 La acusación11 Capítulo 11 El caos12 Capítulo 12 Yo nunca13 Capítulo 13 En la fiesta de cumpleaños14 Capítulo 14 Sembrar la discordia15 Capítulo 15 La chica que me salvó16 Capítulo 16 Recuerdos de la infancia17 Capítulo 17 La persona que sobra18 Capítulo 18 Las lobas en la piscina19 Capítulo 19 La desaparición de los adolescentes20 Capítulo 20 Una chica con el corazón roto en la oscuridad21 Capítulo 21 Estoy lista para ser tu mujer22 Capítulo 22 Una clase de educación sexual23 Capítulo 23 El vestido de novia24 Capítulo 24 El enredo25 Capítulo 25 Deseo sexual26 Capítulo 26 El placer27 Capítulo 27 Dejar la marca en mi pareja28 Capítulo 28 Un conflicto29 Capítulo 29 El rescate30 Capítulo 30 Boda a la vista31 Capítulo 31 Estar en problemas32 Capítulo 32 Transformación33 Capítulo 33 Secreto al descubierto34 Capítulo 34 Alguien ha desaparecido de la manada del Arce Rojo35 Capítulo 35 Aceptada36 Capítulo 36 El plan de una mujer37 Capítulo 37 Ayudar a Aitor38 Capítulo 38 El plan de Catalina39 Capítulo 39 Ceremonia de Luna40 Capítulo 40 Una sorpresa debajo del vestido de novia41 Capítulo 41 Los intrusos42 Capítulo 42 ¡Te prometo un helado de vainilla!43 Capítulo 43 Una Luna diferente44 Capítulo 44 Los altibajos en la relación45 Capítulo 45 Verdad o reto46 Capítulo 46 El viaje de luna de miel47 Capítulo 47 La conspiración con la Bruja Negra48 Capítulo 48 Una cita romántica49 Capítulo 49 Lobos en celo50 Capítulo 50 Luna era una gran detective51 Capítulo 51 Romance bajo el cielo estrellado52 Capítulo 52 La visita del tío de Serena53 Capítulo 53 Celos54 Capítulo 54 El entrenamiento55 Capítulo 55 Tras las pistas de Alejandro56 Capítulo 56 La Luna contra la violencia doméstica57 Capítulo 57 El temor de volver a amar58 Capítulo 58 Pedro fue atrapado59 Capítulo 59 La verdad sobre aquel año60 Capítulo 60 El verdadero enemigo61 Capítulo 61 La confesión de Anabel62 Capítulo 62 Estamos al borde de la bancarrota63 Capítulo 63 La Luna es multimillonaria64 Capítulo 64 Fóllame hasta llorar65 Capítulo 65 La venganza66 Capítulo 66 Nicolás67 Capítulo 67 Identidad expuesta68 Capítulo 68 La votación69 Capítulo 69 El plan de Camille70 Capítulo 70 Humillación pública en la playa71 Capítulo 71 Alfa estaba celoso72 Capítulo 72 Castigo de mi pareja73 Capítulo 73 La aparición de una bruja y una carrera en la playa74 Capítulo 74 La llegada de una amante del pasado75 Capítulo 75 Teresa estaba embarazada76 Capítulo 76 Exponer la mentira77 Capítulo 77 La infertilidad78 Capítulo 78 La obra de teatro79 Capítulo 79 Las sospechas de Pedro80 Capítulo 80 Un beso real81 Capítulo 81 La pelea82 Capítulo 82 Alejados83 Capítulo 83 La muerte de Hernán84 Capítulo 84 De copas85 Capítulo 85 La verdadera identidad de Nicolás86 Capítulo 86 Expulsar a Bruno87 Capítulo 87 Nos animó a tener un bebé88 Capítulo 88 El desastre89 Capítulo 89 Vida y muerte90 Capítulo 90 Borrar sus recuerdos91 Capítulo 91 El funeral de Serena92 Capítulo 92 Un trato en la mazmorra93 Capítulo 93 Una nueva Luna94 Capítulo 94 Serena había quedado embarazada95 Capítulo 95 Las maquinaciones de Camille96 Capítulo 96 Mi Luna está viva97 Capítulo 97 El escape de Bruno98 Capítulo 98 El deseo de Nicolás99 Capítulo 99 El rapto de Serena100 Capítulo 100 Una confesión