Skyscraper © - Parte III
, aquello en un principio me pareció perfecto, pero comencé a desesperarme y ponerme ansiosa por ese espacio. En ocasiones sentía que iba explotar. Aq
l parecer en cuestión de pocos días de haber venido aquí. Nuestro caso era totalmente diferente, si había estado quedándome en su apartamento era por el accidente, aparte que do
bía una
pero había algo raro en él. No me tocaba, siquiera se quedaba dormido a mi lado cuando por las noches veíamos algo en Netflix y me quedaba dormida entre sus brazos. Por las mañanas al despertar o e
se había arrepentido. Todo tipo de idea
salían de mi boca y no sabía si era por miedo a lo que él pudiese decir o porque temía a lo que podría llegar si no se detenía. Luego la segunda opc
osotros cuando me besaba, cuando yo lo besaba, cuando nos be
ello, pero después de que me quitaron el yeso de la pierna y podía caminar por mí misma
do los nervios y poniéndome tensa. Siempre que volvía del trabajo yo estaba dormida. M
egar. Eran las doce de la madrugada. Las luces en el apartamento estaban apagadas y la estancia estaba ilumi
-escuché detrás de mí y gi
do. ¿De dón
ueca después volviendo a mirar los rasca
a -dijo acercándose a mí
hombros mirando esta y después d
s -se quitó el saco que llevaba puesto y lo
taba como se miraba así. Se veía tan guapo, con los primeros botones
-ignoré su comentar
. Tomó mi mano llevándola a su boca dejando un beso ahí. Me
comodando un mechón de cabello detrás de mi oreja
primeras semanas estando aquí, logré convencer a Nathaniel de que me llevara la semana pasada y esta. Ahora podía est
o relamiendo mis labios-. ¿Y a
si no quisiese darle importanci
í su brazo rodear mi cint
diendo que siguiera mirando hacia el g
eguntó con el ceño l
do aquí? -pregunté sin más y
s que
ido-. Me quitaron el yeso, puedo ya caminar por mí mism
pretó los labios mientras su mano se desliz
o el ceño y apartando su mano de
manera coqueta
onces -dijo orgulloso volviendo a aco
rio? -le dije seria y
anos en mi cintura me giraba en aquel banco hasta tenerme por completo frente
as delicadamente-. Estás tenso, distraído, incluso llego a pensar que siquiera disfrutas tu trabajo y no te vo
ue me detuviera p
ripper? -preguntó entrelazando
, ¿por qué simplemente no me confiesas la verdad
te
tonc
ndo hacia otro lado
sus manos a mi mejilla acariciando esta co
e pedí mirándole a los
, Val -rió
del banco después queriendo alejarme de ahí e ir a la habitación, pero sentí su mano jalarme su
ecir eso me hizo casi convenc
ó su frente con la mía. Su colonia invadió mis sentidos y cerré los ojos por instinto dejándome sumergir en
ás de lo que piensas, precios
convencerme y olvi
me pegó a su cuerpo jalándome de la cintura. Olía a loción cara y a cigarrill
lentamente. Me acarició la cintura apretándola suavemente después colando apenas sus dedos por debajo de
bre mi boca rompiendo el beso
soltar un quejido de po
ndome la mandíbula y des
emecerme por eso, era im
table no solta
miró acariciánd
susurró relami
pero aquella excusa para que si
irándome y asentí-. Voy a la habitación a hacer unas c
s labios. No quería hablarle. De repente me sentí enojada y furiosa, quería gritarle porque seguía con la mis
ayunar. Descansa, preciosa -dejó un beso en
a silla e iba en dirección al pasillo que llevaba a su habitación. No iba a
me tienes confianza, siento que siquiera me quieres tener aquí, pero cuando te digo que podría irme me dices que prefieres que me quede. No sé qué te pasa, porque desde hace días por la madruga
a decir, pero no
iedo siquiera tocarme y detesto eso porque te juro que me muero por que lo hagas y que me toques como si no fuera un maldito cristal que puede romperse fácilmente. No lo soy, Nathaniel. Si no me quieres aquí y no me deseas entonces dime que me vaya. Porque te juro que es una
umpirme, pero di unos cuant
tiempo. Siempre buscas la manera de siquiera tocarme un poco, aunque sea un roce y yo ya estoy muriendo por que vayas más a
ás diciendo, Valet -
o lo que ha pasado en estos casi tres meses, Nathaniel. Me has hecho sentir más de lo que cualquier
y no sé si había metido la pata o no. Apreté los labios ya sin saber nada más que decir. Quizá había dicho más de lo que d
tura colocándome contra la pared estampando su boca en la mía. Me sorprendí por un momento, pero segundos después le correspondí el beso que había empezado a ser de
so. Quise hablar, pero entonces sentí sus manos tomarme por los muslos alzándome en sus brazos apo
o si estuviese hambriento, metiéndome la lengua a la boca haciendo que soltara un suspiro por las maravillas que hacía con ella. P
o se separó de mi boca pensé que se detendría, que me bajaría de sus brazos y que se iría a su habitación como había dicho que haría
ía a lo que estuviese pensando e
so. Si antes nos habíamos besado con un nivel subido de tono, este definitivamente estaba rompiendo el récord de todas esas demás veces. Bajó su mano desde mi nuca hasta mi cintura colando la mano
eguntó entre besos con la voz ronca-. Joder, Valet. Ja
estaba molesto, no supe si preocuparme o no en ese momento. Realmente e
n que se sentía aquel simple roce. Mis manos se deslizaron por su abdomen y pecho, donde llegué hasta los botones de arriba queriendo comenzar a desabotonar el resto de estos
¿Por qué no lo hacía entonces? ¿Por qué no me hacía todas esas cosas que tanto ha querido hacerme? -. Lo hubiese h
o sabía? Nunca habíamos tenido una conversación
sta después soltarlo y rozar su boca con la mía en modo de provocación-. Cada poro de tu cuerpo me
r evitarlo sintiendo
manos y jadee sobre su boca mientras cerraba los ojos. Me besó mordisqueando mi labio y d
to. Me siguió besando después deslizando su boca por mi mandíbula y cuello, aquello sirvió para distra
n un tono que jamás había escuchado salir de su boca, me gustaba-. Porque las ganas de hacerte lo que cualquier otro chico jamás h
ogré decir con la voz entre cortad
que me hizo estremecer y soltar un gemido que después fue silenciado por su boca volviendo a besarme con deseo. Mi piel se erizó por el contacto fr
spués besándome el cuello hasta llegar a mis clavículas, c
creer lo que estaba pasando en ese momento. Definitivamente no quería que parara
enzó a penetrarme con
zona que no había dejado que ningún otro chico antes conociera. Quise mover m
untó con voz ronca cerca de
e lo que sus dedos hacían haciéndome descubrir
abía si aquello era buena señal o no de lo que es
ciosa -me dijo al oído besando mi
penetraban de una manera que me enloquecía. Sentí su pulgar acariciar aquel punto sensible mientras
n un gemido bajo echando
entre, acompañada de mis músculos te
é sin saber qué de
ano por fin y llevando su mano a mi mentón hacie
poca luz que había ahí parecían ser totalmente oscuros, no sabía si aquello era por la ausencia de luz en esa oscuridad o por el deseo que emanaba en ese momento.
temblar. La boca de Nathaniel se presionó sobre la mía una vez más, esta vez el beso ya no era hambriento y necesitado, era lento y suave, total
ras me miraba a los ojos. Los dedos que habían entrado en mí y me habían acar
dome de nuevo. Se separó apenas sonriendo sobre mi boca mirando esta y después alzando l
aba bromeando con mi terquedad. No sabía si iba a desmayarme por lo agitada que aú