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a Sa
dirigí hacia el huerto de camelias, corté algunas y las eché en la canasta. Fui directamente hacia el lugar donde estaba antes con mi madre y les entr
Lean
a levantarme, tenia muchas cosas que hacer, pero necesitaba aquel descanso; me encaminé a la salida del hermoso jardín el cual mi hermano había nombrado ''nuestro lugar secreto''. Llegando a mi destino, rebu
s, aquella figura era una chica; vestía un simple y suelto vestido blanco, sin embargo, era tan delgado que aun estando lejos podía vislumbrar su delgada y hermosa contextura, su pelo de una tonalidad rosa caía hasta un poco más debajo de sus hombros; esta recogía fl
ese planteamiento desapareció en cuanto perdí su figura de vista. Salí de los arbusto sin despegar la vis
castillo más lento era su paso. No había encontrado el pase bajo el árbol así que tenía que entrar por otro lugar. Al llegar a unos enormes muros se detuvo por un mom
-escuchó gritar a sus espaldas.
ca -respondió señala
caminó sin decir palabra hasta la sala de descanso del castillo, al abrir la puerta lo recibió una hermosa chic
ver a Leandro. – Estaba sumamente t
o, Leandro solo le respondía con monosílabos. Llegó un instante en que él ya no podía escucharla, estaba sumergido en el color naranja del atardecer dibujado en el cuadro que decoraba la pared del frente;
escuchando? -escuchó provenir
respondió vag
s celos irracionales de su prometida siempre le habían causado problemas, pero esta vez ella ha
cy, no estoy pensando e
. Sin embargo, Leandro estaba perdido en los colores del cuad