Encuéntrame
Entonces Anaelise recordó sus terapias, las palabras de Oliver y
rentar un miedo es mirá
o sus labios y se puso los más erguida posible. Así que centró
naelise Becher,
? -le interrumpió Howard Mill
egunta, sobre todo y principalmente, aunque sonara
a no le miraba, y parecía muy incómodo-. Yo no solo quiero ser un médico general. Mi meta es especializarme en la Psiquiat
inmediatamente intercambió una mirad
ecidir en que se especializ
respondió Ana
para posarla en aquellos ojos que
uerpo estaba empecinado en seguir con aquellas corrientes que "esa" persona le estaba transmitiendo. Y en medio de tod
sabía que el viejo se había enamorado de aquella frase que dijo Anaelise, aquel nombr
s. No le gustaba mirar a las chicas de su clase, sabía a qué conllevaba todo esto, en muchas ocasiones, sus alumnas pretendían qu
ulces y sensuales, algunas insistentes por reclamar su atención, y algunos jóvenes que d
avier arrugó su ceño y levan
l White? -preguntó X
ia atrás, por lo tanto, Xavier también lo hizo. Ent
no estaba atenta a las presentaciones, y cuando él decidía mirarla, ella no devolvía el gesto. Y
usto, y quizás nunca volviera a su clase. Todos debían saber que la puntualidad para él era
u padre -int
el padre de ese chico era uno de los
ahora de la carrera? -volvió a preguntar Howard
is, pero estas situaciones lo hacían dudar un poco. Estaba aburrido, fuera de su comodid
ó intentando c
ew con una sonrisa-.
actada ante las palabras del chico
ón más incómoda para Ana. La rojez de su rostro solo estimuló aquella rabia en Xavier quien
n casos a las hormonas! Creo que yo terminé por aquí -dijo Cox, y lueg
el corazón de Anaelise latía muy rápido. Estaba enojada, ir
re era un
y luego procedió a tomar su marcador, para a
al mismo tiempo que Andrew se giró un poco cul
ina y luego lo ignoró dura
n la secretaria para el cobro de su matrícula directo de la cuenta de su padre. Se apresur
retaria le dio unas hojas para rellenar y le dijo que se podía sentar
antar su cabeza. Una puerta semi abierta que estaba a su derecha se entreabrió para hacerle ver que era una especie de sa
na aduladora que no paraba de hablarle con los labios pintados de rojo extravagante, le parloteaba de
a desquiciada y en algunos casos, lograba tocar el cabello de Cox. Ana sintió una sensación extraña nuevamente al
nto por detallar cada movimiento, cuando de repente, Xavier se irguió frunciendo el ceño y sin dudar, puso los
sus libretas cayeron al suelo, mientras sus manos temblaron desesperadas. Quitó su mirada
observó lo que había ocurrido, y luego volvió su aten
al hombre que estaba compartiendo su rato libre con ella. Estaba de más pensarlo, Olivia conocía la volati
recostar su cabeza para fijar su mirada en el
cita de todos los viernes. Se anunció en la entrada, sus terapias eran en el hospital cen
os le pidió un minuto a lo que anunciaba su entr
lla alfombra y aquella h
sillón para que procediera a sentarse. Lo miró por un
al menos esa tristeza que la destacaba no estaba en su rost
ndo levantó su mirada hacia ella. Pero
-preguntó con
había perdido ese punto de arrebato!, después de relajarse ell
na? ¿Qué te ha pa
unos muy buenos en sus materias, aunque solo estam
nos te harán la vida de cuadros -después de que Oliver dijo
ca hacia él y luego volv
-preguntó Ana sin titube
e Anaelise e hizo que escribía en su libreta. Pero este nombre solo
tema, ni tampoco la reacción que tendría
des mentales. Aunque es joven, porque creo que Cox debe tener unos 31 a 32 años, pero es una emi
esor también, y... que me cerró la
y luego un poco incrédulo, s
hizo algo
e encogió
de a su cla
so, Ana... es obstinado, pero debes saber que debes se
erviosa, pensando en sí debería esta
sé
mentos? -preguntó-. Tú eres muy puntual en tus c
intió Anaelise apresurada. No volvería a dar pie pa
e Ana se pusiera insegura ante su actitud. Algo estaba mal en s
de un tema importante. De hecho, nu
ta? -preguntó e
mí. De esta
tenido en su mesa la carta de jubilación donde le extendieron un pago más que favorable. Incluso, esa hoja la había leído su
eguir ejerciendo. Sin embargo, era una decisión que había tomado con su esposa, y
on aquellas palabras, le aplastaron el corazón, entonces él soltó to
y caminó hacia varios l
da inquisitiva de Ana lo hizo detenerse-. ¿Por
hecho much
En los 14 años que tengo ateniéndote sabes que no has sido completamente sincera, sabes qu
ente!, no hay má
e ella saliera corriendo como muchas veces lo hizo
a cuántos desde la última vez que hablaron de esa persona innombrable. Solo tenerla en el pensamient
lo que los ojos se le
a sombra, Oliver... es
boca en señal de cansancio
o la suficiente confianza para q
manos sintié
. hay cosas que n
sus mismas líneas llamando la atención de Ana-
lo tiene... -las lágrimas cayeron por el rostro de Anaeli
as gafas y suspiró para lo
añándote en esto, Anaelise.
Hombre Lobo
Romance
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Hombre Lobo