Cien Metros Cuadrados

ó, mientras cogía el sobrecito de azúcar y lo balanceaba con cuidado antes

la mesa, incapaz de sostener la mirada—. Intento humanizar a la persona en cuestión a través de mis palabras.... —Volví a alzar la mirada para comproba

ciente acidez nacía en la boca de mi estómago al ver la decepción y enfado reflejados en las pupilas de aquél chico que se encontraba sentado enfrente de mí, y, supe que, de no escoger bi

el cruasán que le había pedido sobre la mesa, entre medio de ambos, ofreciéndonos una tímida sonrisa de disculpa por la interrupción—. Lo que no sé —proseguí en cuanto volvimos a estar a solas, mientras alargaba el brazo por encima de mi taza para coger el tierno bollo—, es porqué un hombre tan hecho y derecho cómo tú, necesita algo t

esión hacia ti. —Sin saber muy bien porqué, aquellas palabras lograron hacer que un cosquilleo naciera en mi bajo vientre, y la curio

dar un buen mordisco al cruasán, para lu

agantara con el café—. Sobra decir que ésas fotografías serían exclusivamente para mi colección privada. —Me acabé de limpiar la boca con la servilleta, y cogí aire para soltarlo lentamente, sin