Corazón de Espinas
l bolsillo de la campera de gabardina, y lo tomo observando fijamente la pantalla. Su foto me devuelve la mirada, en donde sale abrazándome en aquella escapada que tuvimos hace dos meses atrás,
n preocupación desde mi lado, y bloqu
as mis fuerzas las lágrimas para que no me vean llorar
, nunca me sentí buena para él, o al menos lo suficientemente fuerte para afrontar junto a él sus pro
el coche desacelera en la Lincoln Ave para doblar en la calle Winyah Terrace, estacion
Logan, quitando la
. Es extraña la sensación de saber que harás algo grande, que tomarás al fin el control de tu vida. La opresión en el pecho sigue allí, pero un "quizás" comienza a asom
éramos como el blanco y el negro, la positiva y la negativa. Ella realmente tiene fe en este plan, en que será una nuev
e necesitamos... Y no necesa
sigue mirando fijamente hacia delante,
s se mudaron desde Toronto. No tenía amigos, nadie lo quería por su aspecto de hi
con sinceridad-. Y de no se
se gira a vernos, y sus ojos están cristalizados. Desprende una ternura y una honestidad que me
bre sus piernas, ella me abraza para contenerme, y los sollozos se
asiento trasero, abrazándome junto a Vane. Así nos quedamos por un rato más, hasta que el celular de Logan suen
presuremos, que se h
esaron. Vane me da un pañuelo descartable y trato de arreglar un
ella, a lo que sólo asiento, conservando l
incluso de niñas, cuando nos lastimábamos jugando en el parque o en nuestras casas, era yo quien la con
dolor, sino que lo fuese soltando de a poco, para poder ser feliz algún día. Nunca me quebré, no delante de ellos, las personas qu
ificio, que hace contraste con los demás de la calle Winyah Terrace que están remodelados y con un mejor mantenimiento. La humedad es lo primero q
medad es lo que más abunda por aquí. El ascensor tiene una cinta algo despegada con el anunciado de "no funciona", por lo que nos dirigimos a las escaleras al costado de
piso, en donde la puerta del E está en
ue el mens
y fulmina con la mirada a Logan-. Oye, te
ecostado en la pared que separa el pequeño y desor
iga, quien asiente un poco más efusiva de lo que debería-
s las mochilas de la escuela, por lo que levanto la mía con
encias importantes l
la risa, pero Logan también me observa y nos largamos a reír, como si nada más importara.
zarse a querer ir al Bronx, más que nada porque sin un poco de d
idad es mi forma de evadir la situación. Sigo sintiendo que esto no es real
dinero, podrían incluso vender sus ropas o pertenencias en tiendas de segunda mano. Cuando uno vive solo, a veces hay
egundos, hasta que Logan sus
n algo de dinero y ropa. ¿Pueden entra
los vecinos no nos vean llegar -comento pensativa,
ré abajo para hacer cambio de coches. Aparta a dos cuadras calle abajo para que no relacionen el coche, igualmen
, y el shock de ver la realidad
Al igual que las personas de aquí q