La saga de chicos desesperados
a
pa
ión encendida en el canal de noticias, vi la hora, eran las 22:30pm. Bajé la mirada a mi cuerpo y descubrí la sábana con mi mano derecha. Tenía enyesada la mano contraria y mi abdomen dolía muchísimo. Creo que tenía contusiones y mis piernas... tenían numerosos, cortes, golpes, sangre seca, al igual q
lentamente, pero no
on y se acercaron a mí, me miraban muy preocupados y yo quería llorar, pero n
í. -Dijo Simón y apoyó
a pesadilla. -Dijo Alo
¿cómo está él...? Por favo
miraron e
r de mi pecho, quería morirme. -Por favor, díganme como está. -Las lágrimas batallaban por asomarse, sentía que me hundía. No sé cómo pude
muy mal. Los doctores no creen qu
o, yo lo arrollé por perderme viendo la casa que se quemaba, yo era quién manejaba a 100km/h en una carretera de 80. Yo debí verlo, y
s cintas de grabación de la calle y vieron que ese chico se aventó a tu auto, estaba
podría haber disminuido la velocida
serio. -No es tu culpa, si él quisiera haberse suicidado pudo haberlo hecho en su casa, o
? -Dijo Iván. -El chico está loco, quemó su casa y luego se aventó a un auto en
uemó s
inaria industrial, el señor y la señora Duarte, quiénes hace unos meses, se estrellaron en su auto llegando a Cartagena, fallecieron junto a
que me contaban, no me imagino pasar por algo así, es insopo
jo Iván e intentó agarrarme, pero me solté y empecé a sacar
e sientas culpa, pero lo harás cuando estés mejor y ahora necesitas descansar. -Simón agarró mi brazo y me llevó hast
res? ¿saben lo
e una semana. Aunque eso sí, me han llamado tanto que creo que soñaré con ellos.-Dijo Iván y asentí, era lo me
mortiguó un poco el sistema de seguridad del auto, las bolsas de aire no me dejaron golpear tanto y el cinturón al parecer se soltó porque no lo abroché bien. Más tarde después de que los chicos me dieran el desayuno literalmente en la boca (Simón se negó a que yo si quiera tom
no me mentían diciéndome que vivía solo para que yo no me sintiera mal. Entonces Iván me tomó de un brazo y del otro me tomó Alonzo, los tres me acompañaron hasta el fondo del pasillo que es donde estaba la habitació
s que evitaba mirarlo, causaba impresión, incluso sé que esto afectó a los chicos porque desviaron la mirada. Me acerqué un poco y pude ver la gravedad de sus heridas. Tenía la nariz rota y cubierta por gasa, tenía una pierna con una especie de aparato que no sé qué era, pero era tan impresionante de ver que Alonzo miró solo un segundo antes de irse, aterrado. Era una especie de
culpándote. -Se quejó
, pero manejaba muy rápido, no miraba al frente, pude disminuir la velocidad, pude
idió! -Se q
está solo! ¿tú entiendes eso? -No me respondió, ninguno de los dos me miraba a los ojos. -Yo tampoco lo entiendo, nunca he estado en esta situación, pero pude evitarlo. Si hubiese girado, me
ro que sepas que, si el no sobrevive, no es tu culpa
e ambos me fulminaron con la mirada, no sé cuál peor. -
quería hablarle, me sentía como la mierda. Agarré una silla que estaba junto y la acerqué
aquí, respirando así sea por un aparato, lo estás haciendo. Sigues con vida y no entiendo cómo, la vida misma decidió darte otra oportunidad aun cuando tú no la querías. No sé qué hayas pasado, lo que hayas sufrido o cómo ha sido tu vida, pero imagino que no ha
or que cubría gran parte de su rostro y, además, los moretones y golpes cubrían casi todo su cuerpo, era doloroso
empezó la