Embarazada del rival millonario tras divorciarme de un traidor
temblar. El triunfo en la boutique fue fugaz; la realidad era que todavía estab
taba u
l. No había letrero, solo una aldaba de bronce con
l jazz sonaba suavemente de fondo. Se sentó en el ex
ás caro que tengas
pido. El ardor la conectó con
re entró. Era alto, de hombros anchos, vestía un traje que costaba más que un automóvil. Pare
ó para mirarlo. Lo reconoció al instante. La mandíbula
a mirar hacia otro lado. Pero
barra de caoba hacia
Director Plata
su rostro. No parecía reconocerla de los archivos de personal todavía; su foto allí tenía cinco
preguntó, su voz u
-No. Pero yo lo conozco. Usted es el h
Un destello de diversión c
obre la madera pulida. Lo miró de arriba abajo, notando la perfección de su a
sted estando sola en un bar
un billete de cien dólares de su
ren a ti y te chupan hasta dejarte seca, hasta que solo e
a solo una borracha cualquiera. Era inteligente, estaba
todos los días
las patentes sin nombrarlas. Habl
ebió su propia bebida y la observó c
ueltas. El whisky la golpeó con
balbuceó-. Creo
salió disparada, atrapándola por el codo.
AM
odía hacer esto. No podía ser tan desastrosa
, señalando el billete en la
la barra, mirando la puerta, preguntándose quién demonios era la mujer