Mi nuevo marido peligroso
robablemente la obligaría a aceptar algún matrimonio concertad
hermana, por ejemplo, que había ocupado el lugar de Kristine durante años después de
ió: "Entendido. ¡Me
ió a la ducha. Se quitó la goma del pelo y dejó que este
endo un hueco para su rutina de ejercicios h
ontrando ya un candidato matrimonial
ero con una visa de estudiante. Sin ahorros y con la graduación a la vuelta de la esq
ácter amable y aceptó firm
iencia. Apenas miró su foto antes de
juzgado, lo vio
orra de béisbol y una mascarilla que le cubría gran parte del rostro. Estaba recostado contra la
onderse, avergonzado de tener que
sentimientos de él no le
se dio cuenta de que era más alto
e anchos, obligada a inclinar la barbilla solo para encontrarse con su
óticos: brillantes como esmeraldas pu
justicia. ¿De verdad las lentil
o mientras sacaba el contrato pren
también viene
encer fue tranquila, pero se tomó s
ra, aunque a él, sinceramente, no le importaba con quién se casara. En su mente, todo el acue
aneó el contrato, arqueó una ceja y garaba
e la actitud sensata y directa de él. "Nathan Spencer..."
n en el juzgado uno al lado de
os salieron como una pareja casada
olo quédate donde estás y espera mis instrucciones", dijo Kris
. ¿No se suponía que él estaba al mando aquí? De
s de reír. Pero la mascarilla ocultaba su sonrisa
ión durante todo el proceso del matrimonio. Ella siguió cada paso al pie de la letra: sin preguntas, sin curiosid
Nathan, y luego giró sobre
querían, sin complicacione
no estaba ansiosa por pavonea
se, sumergiéndose en una in
tos: adelgazó más rápido de
tine apenas se rec
que atraía todas las miradas en una habitación. Sus delicados rasgos pare
trazó el borde del espejo con
así, ¡me habría ofrecido yo misma para convertirme en tu esposo! ¿Cómo pude dejar pasar seme
os de su nieto, y al parecer van a dar a conocer al heredero de la empresa", dijo Pamela, dando una
, con una chispa en los ojos, mientras ella intervin
esa fiesta. Él aún le debía diez millones, y Kristin