La verdad oculta en una carpeta
ÍA
eteado repetidamente. Mi mundo cuidadosamente construido, basado e
r nuestro pequeño departamento, ordenando, asegurándose de que todo estuviera en su lugar. Siempre hacía esto
ronca por el llanto-. Cuéntam
para mirarme. Un ligero ceño frunció su frente,
or? ¿Te sient
ía engañado, cómo la traición lo había dejado destrozado. Había jura
a dicho, con los ojos serios-. N
tamente. Me había aferrado a es
luego vino a sentarse a mi lado en el sofá. Se inc
arás de verdad. Prométeme que siempre volverás a mí. Que soy la única para ti". Su súplica dese
contrajo. Una oleada de náuseas me golpeó, violenta e inesperada. Me levanté de un salto d
do amargo. Lágrimas, involuntarias y calientes, me picaban en los ojos, mez
atamente a mi lado,
amo a un médico? Te ves tan pálida.
edor de mi cintura, su otr
s temblando. -Comenzó a guiarme ha
momento, sonó
brilló: Va
Valeria, cariño. Tu mayor fan". Me habría reído, un sonido genuinamente
ro. La preocupación en sus ojos se había desvanecido, reemplazad
se desviaron hacia mí, luego de vuelta a la pantalla. Parec
ne. Empezará un drama si no contesto, y luego intentará meterte a ti en esto. -Siempre era tan
del dormitorio, cerrando la
egiendo a mí. Los estaba protegiendo a ellos. Era tan descarado, tan absolu
n gemido convirtiéndose en un sollozo en toda regla. Y luego, e
ué pasó. -Más sollozos-. Ya v
entrar en la habitación, con un
s, noté, tenían un brillo inconfundible. Un toque de emoción. No
eza, fingiendo
problemas. Pero tengo que ir. Está completamente fuera de sí. -Agarró sus llaves-. V
sposo, que acababa de prometerle a su amante que estaba "en camino". Mi mejor amig