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La Esposa que no Amo: Una madre para mi hijo

Capítulo 9 9

Palabras:2349    |    Actualizado en: 30/11/2025

tenido mi primer be

saba en ese momento, pero, de nuevo, el toque con Da

su cuñado.

hiara quedó desconcertada, abrumada por las emociones,

ió los ojos cuando sintió

aron sobre el p

noche, ambos corazones lat

rte otra vez

bras se repitieron en su cabeza, porque l

i cuñado. ¡Por favo

sin importar las palabras que su mente gr

lda, tocando las mejillas de

e fue haciendo, poco a poco, paso a paso, más intenso. Ella se movía de vez en cuando sobre él, sus manos apoyadas en su pecho y sus caderas presionando,

n exci

iar

ndo disimular la desesperación c

eras y capturó sus nalgas, acercándol

lvo en las escenas subidas de tono que traían ciertas películas, pero ningún hombre h

uedando Chiara Moretti debajo de él, su cuñado. Las manos de Dante se apoyaro

cariciarle el rostro y él s

ardín, aquello parecía quedarle corto a los dos, c

después d

tensos ni aunque quisieran, la consciencia de Chiara fue tomando fuerza, hasta

quiera esperaría tener una primera vez en muc

an creado. Dante retiró sus manos de su cuerpo,

Creo que me

ra apoyó sus manos en el suelo y le

tuvimos porque n

que no l

tando el tono ligerame

retiro mis

o que... por un momento sentí

gust

de admitir

cómo pueda sona

ra ayudarla. Chiara no la tomó, se quedó

stá

gachó a su lado, quitando var

r miedo.

ino que quieras

bros de Dante y se puso de pie, c

mo Chiara tomaba el camino incorrecto,

ho algo. -se quejó cuand

ue no querías escuchar

e-ella pasó a su lado, él la sujetó

exi cuando tu voz toma fuerza o cuando pones esa expres

no se resist

nerviosa, lo que hicimos

istancia que había entre los dos, tocando su mejilla y elevando el rostro de

levarla por el camino correcto, porque si volvían a los besos de antes, e

orta! Eres su cuñada. Re

iberal, también habl

su mujer. ¡Cada u

¡Pero no con

cuñ

fin, luego de u

comenzó a caminar, Dante le

eron salir

es se había defendido de su toque, y suspiró, preguntándose si ella también tenía espi

no podía descubri

primero que Dante, dirigiéndose directamen

te tocó a su puerta, pero

mirando la noche a través de la

.

acerla gritar de dolor, llamando a Davide con urgencia, diciéndole cómo se sentía en ese momento, pero él

ardes, muy preocupado por el estado de Ro

ada por la preocupación, sujetó la mano de Ros

olor en la camilla, su rostro pálido reflejaba la angust

ltar su propia ansiedad mientras tomaba la mano

avide. No debería doler así-Su voz, normalm

o por la salud de Rosel y su hijo, y la culpa por no

a madre como el bebé estén bien. El dolor puede deberse a varias r

, apretando la

a sala de espera, sumergido en un mar de pensamientos contradictorios. La posibilidad de perder

u relación había evolucionado de encuentros casuales a algo mucho más profundo y complicado. La ironía de la situación le pesaba; estaba atado a un matrimo

no eran una buena señal, sobre todo

a mi

on horas, el médico finalm

calmado ofreciendo un alivio inmediato a Davide-. Ella ex

iero saber la verdad y no me a

mujer fuerte. Hemos logrado detener el parto prematuro por ahora, pero Rosel deberá pe

ivio, sus hombros cayendo com

lado de Rosel, para asegurarle que todo estar

ó, indicándole p

ita descansar. No se

da, pálida pero visiblemente más tranquila. Al ver

emos bien-murmuró, su voz

tomando su mano

nque en su interior, la

.

unió a Fiorella y su

dijeron que no cenaste. ¿Todo bien? -preguntó Fiorella, señ

n. Solo estab

grado de

ncuentro

fin de seman

s regreso a

l señor Queen-. ¿Quieres contarnos un poco

ella no tenía idea de que él se quedó a pasar la noche en c

nto frente a ella, cla

viendo a una Chiara ner

labio inferior y lo humedeció, viendo sus mejillas sonrojadas, cosa que se perdió la noche anterior por la oscu

do disimular, pero Dante no se lo ponía fácil. Debajo de la mes

el señor Queen, mirando ráp

n mosquito,

Y lo hace a propósito. Eso m

ibas a decir? ¿Qué te quedas en Italia? Milán puede ser un lugar para ti, Chia

lta-. Me gusta mucho. -aquella mañana parecía solo para ellos dos, nadie más. Dante so

ecía de importancia y a una velocidad abrumadora, Chiara se sentía que ib

torbellino, que no conocía d

uchas cosas en San Fr

Dante volvió a tocar el de Chiara

rancia. Chiara... ¡céntrate! No, de él no. ¡No te enamores de él! Solo fue un b

i vida está allí. No puedo quedarme en Milán-di

usta F

oda mi v

muy bien como para mo

ndo todo el rostro de Chiara s

lando de Fra

rte Francia, si alg

a alguien a quien

u hijo Dante lo sabía, conocía muy bi

ó, Dante y Chiara fueron

vas a Francia?

quieres cono

ro ninguna respondió a

an de los

se primero. Miró que no hubiera n

te mucho... Milán. Yo sí

ndose consigo la sonrisa de C

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