icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

La luna que le faltaba al rey

Capítulo 3 El juramento del amanecer

Palabras:1001    |    Actualizado en: 19/11/2025

del botiquín Irene, se llamaba- ajustaba el entabli

el ir y venir de su pecho como se

una placa -

io. La máquina vibró suave, un clic, y luego Irene volvió

ada, sin desplazamiento. Descanso, vendajes

da, el caldo olía a grasa vie

aci

ó sin pena.

una cabaña. N

leve, y el guerrero

s casas más abajo. Si necesitas algo,

responder cua

tarte al Conse

y. No con esto -

des o no

onrisa de enfermera que ha oído dema

uelta en el suéter y la capa. El campamento de Kael no era una aldea improvisada, era un territorio. Senderos d

. Mikel dejó otra jarra. El joven nervioso -ahora supe que se llamaba Ares- e

dijo, y el aroma m

-volví

olos, Kael no llenó e

arme? -pregunté a

ue no se honra. Quiero que

ared. A veces, de niña, mi madre jugaba a nombra

esentas,

, si no hoy, mañana, o en un mes. Los que hacen

uido me calentó desde la lengua hasta el estómago. Una

oy a pedirte que duermas bajo mi techo. No hoy. Pero sí voy a

r veinticuatro horas. En lugar d

que el cielo se encienda. Sald

uedará

lo cumplió. Se acomodó

que no estaba y aun así lo iluminaba todo. Soñé con mi

aba Kael sin abrir la puerta. Me incorporé. El brazo dolió. Me vestí con una túnica

ya estaba

s días

edra bajo un techo abierto por el centro, para que el humo de una hoguera saliera. Es

entramos juntos. Se

ludó-. Les p

iel oscura y ojos negr

veo

nocimiento antiguo. Me lo habían enseñado de niña,

olió el aire, como hacen los de nuestra especie cuando

ha en tu

limpia y b

anco asintió con

ueda bajo mi protección directa a partir de este amanecer. Cualquie

bservó el más jo

r de ojos negros-. Y después, si

ijo la mujer-. Pero la

ntí el viejo impulso de buscar una e

uiero

piró distinto.

día encenderemos la piedra y lo marcaremos en l

rca, pero tampoco de tan lejos como me habría gustado. El cuer

areció c

el lindero alto que vien

más veces de las que puedo contar. Mi lobo en

l común? -preguntó la

dan-. Pero no cruzan. Aúl

Obtenga su bonus en la App

Abrir