Casate conmigo: Amor Condicionado
lgo importante. Se giró hacia la mesa, donde varias carpetas con informes y gráficos de caída en las acciones de VanguardTech
de la empresa, Rodrigo Sánchez, era tensa, y s
do un torbellino de problemas: rumores sobre una posible compra hostil, una caída abrupta
nds ha contratado a un equipo legal muy fuerte. Y ya no estamos solo ante una compra. Ellos
do, no era solo una amenaza, era el depredador que acechaba su presa. El imperio que habí
ones? -preguntó Lucia, aun
stabilizar la confianza de los accionistas. Algunos de ellos ya han empezado a vender sus acciones. -Rodrigo suspiró, com
ad. ¿Cómo había llegado hasta aquí? Había sido tan meticulosa en sus movimi
s de las acciones de VanguardTech seguían cayendo, el rojo en las gráficas casi lo dominaba todo. A lo lejos, el
visión que solía darle seguridad ahora solo le transmitía una sensación de impotencia. Lucia había llegado a la ci
de mujer que se rendía fácilmente. Había luchado por años, con uñas y diente
rlos entró, tan puntual y serio como siempre. Lucia no necesitaba preguntar por qué había venido. Ya lo sabía. Carlos era su fiel asistente, pero en
encio durante un momento. No hacía falta que le dijer
arecía sopesar las palabras antes de soltarlas-. Sabes que
n movimiento inesperado. Necesitaba algo que salvase la empresa. Necesitaba
que una sombra de frustración se colara entre sus palabras-. Pero no t
ar de mostrar: el cansancio. Lucia nunca había permitido que su fachada de invulnerabilida
la, como si estuviera preparando el terreno para lo que sabía q
ropuesta de Carlos, claro, pero nunca había pensado que realmente llegarían a hablar de ello. E
us manos apretaban los bordes de la mesa, un pequeño gesto que traicionaba su tensión int
sta, y su voz se suavizó, aunque
trabajado a su lado durante tanto tiempo podría tener-. Este matrimonio no es sobre lo que está p
taba esa idea, su vida cambiaría para siempre. Ya no sería solo una CEO al mando de un imperio. Su vida personal queda
mos días que el matrimonio ya no parecía tan descabellado. Si eso significaba salvar
bezas comenzaban a encajar. Necesitaba hacer algo drástico, y Carlos tenía razón. Un matrimonio de conv
estado evitando contestar las llamadas de su familia durante semanas, no solo por los problemas en el trabajo, sino porque había comen
intentaba sonar relajado, pero sabía que su
z de su madre estaba llena de reproche, pero también de preocupación-. Estamos todos
Había dejado de ir a las reuniones familiares, las cenas y los cum
tar la confrontación, pero no podía escapar de esa sensación
ero el tono seguía teniendo una carga de
a, pero ¿qué pasa con tu vida personal?
ra la respuesta que su madre quería escuchar. ¿Qué le podía decir? Que su vida personal se había reduc
e había estado en mucho tiempo. Pero había algo má
espuesta. Miró a Carlos, que aún la
estuviera hablando más consigo misma que con él. -Mi familia tam
e, comprendiendo la comp
tomar decisiones difíciles, Lucia
bía que no solo estaba luchando por VanguardTech. Estaba luchando por ella