Venganza de la heredera que llamaron caza fortunas
se quedó congelado en su lugar. "¡Es
sombrío y pateó
te instante,
hinchaba en mi mejilla. Estaba atónita. Nunca me habí
para ahorrar para ese bolso! ¿Y arruinas todo mi esfuerzo así? ¿Sabes cuánto costó ese b
des jurar solemnemente que
te: "¡Está bien! ¡Admito que es falso! ¿Y qué? Aun así me costó miles d
frialdad pa
e no tenía ni un peso, que no podía permitirse un regalo, o me da
o lo que siempre qu
ad. Alguien a quien realmente le importo
r y cada vez te vuelves más vana". La mirada de Lucas aterrizó en la botella de perfume sobre m
e hicieron reí
imo hilo de autocontrol. "Lucas, ¿soy una mujer materiali
na ceja. "¿M
tes! ¡Por un contrato! ¡La compañía lo pagó todo! ¿
que nada de lo que dec
brazos, también eran clientas? ¿Los dos relojes de diseñ
mbre empalideció
s. ¡Esos relojes eran regalos de la empresa para ellas! Elena, ¿por qué tie
"He hecho tanto por ti, ¡y tú dudas de mí y me esp
olpe, cerró la
an para ocult
envié algun
i teléfon
, que dirigía el negocio de investi
e registró en la suite presidencial de un hotel de lujo. Lo
a bo
a heredera del G
a e
dijo que su familia lo me
que hizo que me s
todo era una br
un viñedo de veinte
en sil
e mill
entavo que gastaba en mí, i
de lata en mi dedo. "Amor, podemos hacer una boda sencilla. Ahorraré doscientos dólares, y cenaremos con nuest
un anillo hecho con u
n peso, eso podría haber mos
nero, no era más