La Heredera Plantada: Su Venganza de Mil Millones de Dólares
ista de Ji
ños. No me había molestado en quitarme la bata de seda. El sol apenas comen
ca de Industrias Montemayor. El hombre que prácticamente me había rogado que me casara con
ojé el teléfono sobre las
evo. Inmed
ncié de
cascada frenética de súplicas digitales. Mi teléfo
é, mi pulgar flotand
vor, contesta el teléfo
un desastre. Tien
e imperdonable, lo sé, ¿pero e
de un número que aún no
s destruyendo a mi familia. Todo
s controlar a quién ama alguien. Intentaste controlarme
. Demuestra que tenía razón sobre ti
en el vasto y vacío penthouse. ¿Cruel? ¿Él pensaba
comprar un marido. Había tomado mi vulnerabilidad, el afecto genuino que había sentido por él, y lo había torcido en un arma para humillar
dragón a s
cuando intentaba tomar su mano pero no tenía problema en compartir saliva con otra mujer. Él, que
que había construido en un imperio de poder y respeto, era
edes simplemen
Él no quería ser "dejado ir". Quería escapar de las consecuencias de un trato que había roto. Había repudiado públ
e de texto
de lo que casi tuvimos. Cancélalo. Podemo
mente, poner a la opinión pública en mi contra, y luego forzar mi mano a un generoso paq
í se condensó en un único
un mensaje, no a Andrés,
e Dos. Quiero máxi
de Sara fue
Ente
os previos a la apertura del mercado. Industrias Montemayor (I.M.) estaba en caída libre. Era una cascada de números rojos. Su cap
vista
ría en pánico. Vería el legado de su familia, una empresa que había llevado su nombre durante tres generaciones, desmoronándose hasta c
aje de Andrés. El tono era marcadamente diferente. La arroga
endo. Estás enojada. Me lo
.. detén a los perros. La empr
lpa pública. Diré que me
n miedo rastrero. Estaba empezando a entender. Estaba empezando a darse cuenta de que no solo había provocad
aba a punto d