Mi inútil esposo resultó ser un billonario
o; la bofetada la dejó pa
ojos abiertos de par en par por la incredulidad. "Linsey, ¿cómo te
s como sus palabras. "¿Y por qué no iba a atreverme? Te lo buscaste. ¿No querías di
e nuevo, sin apartar la vi
í. Gritando furiosamente, se lanzó hacia adelante, empujando a L
zos, la voz del hombre se suavizó co
cuperando el equilibrio con facili
uien dijo que quería disculparse. Felix, ¿estás sordo o qué? Si de verdad quería hacerlo, se habría quedado quieta y me habría dejado desa
ue unos despreciables tramposos. Y algún día, cuando la verd
lancha de acusaciones. Abrió la boca, pero
bló, con la voz cargada de irritación, y rompió el tenso silencio. "Aunque quisiera disculparse, no tenías por qué pegarl
gesto brusco y deliberado. "Lo tomaré como un cumplido", respondió, sin dejar de mirarlo. "Y ya que piens
mientras la miraba, completamente de
si esa mujer era siquiera l
a provocado innumerables veces, pero esto era diferente. Linsey nunca h
y luego los pensamientos de Juana cambiaron;
do esto a propósito para ll
a encontrarlo completamente absorto en su exnovia, co
árselo a Linsey. No había forma de que
Con una dulzura calculada, dijo: "Felix, no digas eso. Linsey probablemente solo está molesta. A mí
por Juana, y sus palabras profundizaron
decepción en la voz. "La Linsey que yo conocía nunca se comporta
soportándote. Pero ya no más. He recuperado la cordura. Solo una idiota seguiría humillándos
arró su maleta y se dio la vu
de sus palabras lo golpeó como un puñetazo
as ella, una abrumadora sensación de pánico se apo
da sensación de pérdida pesaba sobre él, como si la parte
esperada, moviéndose instintiv
sperado que Felix reaccionara de esa manera. Sin pensar, se colocó una
zón se apretó al oír su angustia. A
vetas rojas, una huella de mano visible bajo
ado. "Te llevaré al hospital. Te pon
su voz se suavizara, teñida de fingida preocupación. "Felix, Linsey de verdad se est
uzado la línea. No la consentiré más. Deja que se calme un poco; volve
e satisfacción. Se apoyó en el
funcionando a
as se sentía en control. Linsey no era más que
cto no lograba calmar la inquietud que lo corroí
sentía tan i
ciencia forzada. Pero por mucho que lo intentara, su mirada segu
ir. Volvería con el tiem