La traición de él, la huida de ella de Dublín
a Igles
iera diría las palabras en voz alta. "Revisa mi LinkedIn". Realmente pensaba que vería su publicación sobre s
con su pecho haciendo q
e de mi
delo de primera línea que me había comprado. Recordé haberlo pedido, con un nudo de ansiedad en el estómago, preocupada de sentir
. Todas las bolsas caras, las joyas, la ropa de diseñador que me había comprado a lo largo de los a
eta, una ola de pánico me invadió. Escaneé la habit
duro de
nvaluable del revolucionario motor de juego que había desarrollado, aquel por el que nunca
rte escondida en mi clóset. Y solo
qui
é mi teléfono y marqué su número. Sonó dos veces, y luego se
a foto de Instagram, publicada hacía solo unos minutos. Ezequiel, en un bar del centro,
olesté en llamar
luz, estaba solo, desplomado en
ras, una sonrisa borracha exten
a y comencé a revolver los papeles. Nada. Me acerqué a él, palpando sus
arrando mi cintura y tirando de mí a su regazo. Una
tas ganas
y su empalagosa loción m
isco duro,
us dedos trazando pa
da. Solo vuelve a la cama esta noc
istórica de "Mujeres en los Videojuegos" en Querétaro estaba esperando mi contribución, l
ra la entrega era
omo el acero. Levanté la mano para borra
on un agarre sorpr
o caliente y alcohólico rozándome-. Una vez que estemos instalados en Guadalajara, n
abunda. Miré la hora en
ra su agarre-. Dame el código. Aho
r la cabeza a un lado, fi
asiado fue
jarra del café negro más fuerte que tuvieran. Le obligué a tragar el líquido amarg
Estoy tan cansado. Durma
físico, abriéndose
una broma! ¡Es el leg
anizadores de la exhibición. *Recordatorio amistos
n acuerdo a sus retorcidos términos, la
bien, Guadalaja
iendo, con los
éfono pasó de la m
de correo electrónico a
su material no fue recibid
nó el teléfono de Ezequiel, que yacía b
ias al código que me diste, ya me aprobaron para el puesto de desarrollado
a. Mis uñas se clavaron en
trabajo de mi padre, su al
y aterradora me invadió mientras sa