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Ochenta y ocho traiciones, una fuga

Capítulo 4 

Palabras:848    |    Actualizado en: 30/09/2025

vista d

as de una rotación interminable y silenciosa de enfermeras y sueros. Arturo nunca regresó. Cuando finalment

estra habitación,

habían des

sillón. El armario estaba medio vacío, toda mi ropa se había esfumado. En su lugar colg

scas

o, vestida con un camisón de seda que era prácticamente transpare

sas? -pregunté, mi v

las sirvientas las tiraran. Estaban abarrotando el lugar. Además -añadió,

bes, para alguien que casi muere de una reacción alérgica, tienes un sorprende

nto. Lo había hecho a propósito. Había intentado matarme, o al meno

llena de todo el dolor y la confusión q

-¿Haciendo qué, Ximena? Solo estoy cuidando

di la vuelta y caminé rígidamente hacia la habitació

vio, pero dirigió sus palabras a Claudia. -La mudanza ya está aq

mudando. A nuestra habi

tados y cerré la puerta, el clic del pestillo hacien

ora se sentía como una jaula. Los hermosos muebles,

cuantos cambios de ropa, mi laptop, mis trabajos de investigación. Mientras empacaba, mis manos rozaron una pequeña ca

ces. En el otro, una pequeña estrella intrincadamente grabada. Di

algo más. El cuadro en la pared era uno que Claudia había admirado. El jarrón en el tocador era un regalo que ella había elegido par

ía estado viviendo en un mundo curado por Claudia, un mu

el relicario y lo arrojé a la malet

bral, con el ceño frunci

s viejas que ya no nece

praré cosas nuevas. Podemos ir de compras mañ

entendía. Nu

mi voz plana. Ni

ura con los brazos. -Vamos a elegir mis cosas p

acuerdo -rio, ap

o, una sonrisa triunfante en su ros

importa en absoluto. Vayan ust

ndo, una única y silenciosa lágrima

ió, el cambio en el aire, la frialdad donde solía haber calidez. Pero no podí

-

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