Treinta y ocho divorcios, una traición

antiséptico. Lo segundo fue un dolor de cabeza punzante que se

e sobre mí, apuntando

Nos dio un buen susto. Tiene una conmoción cerebral grave y una

amabl

trajo él mismo en brazos. No se ha ap

orrer mi cuerpo, más fr

ado

a broma. Una brom

lor, todos los años que había soportado la locura d

m

o latente durante tanto

voz clara y firme

iar un crimen.

éfono en la me

amar a la

y Emiliano entró corriendo

igió, viendo el teléfono en mi

te! ¡Se resbaló! -suplicó, su voz desesperad

estuviera siendo estrujad

i voz temblando de furia-.

la mirada, mi

guridad en la casa

porta si v

apretó-. Pero Jimena... conoces su condición. Una investigación

cando la comprensión qu

nuestra culpa, Auri. No podemos

tan fuerte que s

idente, Emiliano? ¿Alguna vez te preguntaste por qué te llamaba tan frenéticamente e

derramaron-. Te amé. Ese fue mi único crimen. Si estabas tan consumido por la

do, las lágrimas co

ella! ¡Siempre! ¿Tengo que estar

caron de mi garganta,

nca me había visto así. La Aurora t

contrajo. Par

ur

sión se suavizó con un d

. Lo sient

azo, sus brazos rodean

en mi cabello-.

Casi me dejé hundir en el co

demasia

mi mirada f

déjame obte

ero es que pague

tar luchando consigo mismo. Miró mi muñeca vendada,

ro profundo y tembloroso

mado su

o pe

vino. Di mi declaración. Pr

ba lista para ser dada d

do nuestra investigación. Basándonos en la evidencia y el historial documentado de enfer

ficiente para probar

r lo que esta

seguridad! ¡Muest

a al otro lad

a de seguridad de su residencia tuvo un

re se m

daba vueltas. Lo sabía. Sabía

a la casa. Tenía que verlo por mí m

ncipal, escuché voces desde adentro.

uirme esa nueva nota del médico diciendo que estaba teniendo un episodio psicótico.

inclinó so

do a la cara, me había abrazado mientras lloraba, y luego había i

ta, tan completa, que se s