Un juego sin ataduras
rde, lo nuestro fue un acuerdo mutuo. Espero que no insin
a Andrew, alguien con quien Bennett no podía permitirse un conflicto. L
haron se preguntaba si le respondería, y justo cuando empezaba a creer
i hacemos de esto al
ropuesta así. Sin embargo, estaba decidida a no involucrarse con el círculo de Bennett, por lo qu
de otro número desconocido. Al parecer, Bennett había decid
Tengo muchas maneras de hacerte la vida imposible. ¿De verdad crees que por haberte acostado con An
psicó
o un instante en que Andrew desvió la mirada, se armó de valor y deslizó la mano sobre el muslo
mero de su departamento, Sharon supo que había perdido
ban en las paredes de espejo. Apenas los separaba una p
mo una presa acorralada, lo
reciera en cualquier momento, llevar a Andrew a su
o "ding" y un grupo de hombres ent
cuerpo se tensó al instante. El aroma familiar de él la envolvió, desatando una confusa mezcla de s
situación. En el reflejo de la pared, Sharon vio que él mantenía un aire despreoc
a saludó una vecina, mirando a Andrew con
obre todo porque la mano de Andrew seguí
on una sonrisa forzada, inte
icidad y le guiñó un ojo.
se le sec
un alivio en medio de la incómoda situación. Se in
ron y, con una mano en su espalda, la guio con firme
por piso. Andrew miró
un portazo. Las luces con sensor de movimiento parpadearon, iluminando la entrada justo a
ida y pícara mientras su mano encontraba el cierr
xpuesta. Con un agarre firme pero delicado, él la levantó en brazos con facilidad. Su la
e opinión?", preguntó Andrew sin rode
Deshacerse de un problema podía meterla en otro aún mayor
ientras lo observaba. Con aquel rostro cautivador, su atractivo era casi letal;
verdad o un
sola mano contra la pared, mientras la otra comenzaba un
, la voz de Sh
e su billetera. Sharon la tomó de p
aba cuán respetables parecieran,
rostro, pero no sintió la necesidad de explicarse. Es
haron había bajado la
ar. Ni ella ni Andrew tenían la intención de contestar, pero la persona que llamaba no se
tado en la entrada de su edificio, pero ah
minuto...",
ría en un momento así. Andrew
iró con impaciencia, estiró el brazo y, con un
o un instante. Luego, todo rastro de su anterior compostura desapareció
maba temblaba de ira e incredulidad. "¿Qué demonios están haciendo ahí? ¡Ya ha pasado bastante tiempo! Sharon, que te qu
ilenciosa atmósfera, la voz de Bennett res
ombre despreciable tuviera el poder de poner en riesgo
. Sus labios se curvaron ligeramente, insinuando una diversión enigmática. Al cru
advirtió Andr
o sabía dónde mirar, abrumada por la humillación de estar ex
os labios. Sharon se había estado mordiendo el labio con fuerza
onido. Finalmente, no pudo resistir más y un suave gemido escapó de sus labios.
¡Sharon, baja
algo de valor, subiría a enfrentarla cara a cara en
ente que no podía permi
tos se volvían más intensos y rápidos. Ella le rodeó el cuello con los brazos, se inclinó y tomó la i
rápidamente los lentes, revelando una nueva inten
no al oído y pregu
inquebrantable de Andrew, el miedo
cob
nnett había sido el primero en engañarla, no sentía verg
ía a continuación. Andrew la tomó con pasión por tod
acariciándole la espalda a intervalos. Tuvo que adm
preguntó Andrew con un mat
ento. El cansancio le había nublado la mente, dejándola
isfecho ella también los deseos de él
declaró Andrew con calma. "Espero tener un