Exmarido persistente: quédate conmigo
huir. Había ido a discutir un negocio con un cliente, pero la reunión había tomado un giro siniestr
entonces la droga ya hacía efecto. El ardor que la invadí
speración, dobló una esquina y ch
vida dependiera de ello. Y quizá, en efecto,
con la fresca fragancia del cedro. Era un olor reconfo
uficiente; ne
lo escuchó mascullar con fri
l la alzaba en brazos y la arro
día, el hombre la besó con una ferocidad y
ue siguió fue una tormenta tan inte
e volvió denso y caliente, cargado solo de gemidos ahogados,
ba por la ventana, iluminando sus
ió una eternidad, la to
lor agudo la paralizó, sobre todo en la cara interna de los muslos. Era la únic
a resonó desde el otro lado de
y se quedó
impecable y distante en su traje sastre. No era otro
Acaso el hombre de an
eve suspiro, sacó su chequera y le arrojó un cheque. "Toma el dinero y vete. Olv
e anterior y se dirigía a su habitación c
sintió incapaz de resistirse a aquella desconocida. E
a sentía un profund
te de lo evidente, algo no e
uela que se arroja borracha sobre el prime
Yo...", se apresuró
ate", la interrumpió él, agitando una mano con impacien
fue él quien se levantó y
absurdo del destino. Qué ironía. Haber pasado la noche con su propio espos
sido más que un arreglo
la boda y había permanecido en el extranjero desde entonces. A
encontraría con su ausente esposo
su pecho y brazos. Suspiró. Ignorando el dolor de sus mú
ba justo cuando
arper, un cliente importante
cuchó en cuanto respondió. "
ases de cortesía antes de
do a ganar una demanda, asegurand
er quería presentarle
ocurrido con Bryson y adoptó un tono profesional
menzó Asher. "El problema es que la aduana le retuvo un cargamento y, como eres
un cliente de peso nunca venía mal. Sonrió y dijo: "
de Asher, no dudaba de que su
ánimo. "Le agradezco
hoy mismo para discutir el asunto en perso
. Aceptó y, tras despedirse, revisó la dirección que Asher acababa de
taba el mismo hombre que la había tratado con tanta crueldad hacía apenas un