Mi archienemigo de repente está obsesionado conmigo
bujaban sombras irregulares a través de la neblina de humo, mientras el bajo retumbaba con un ritmo implacable y salvaje. Cuerpos sudorosos, apenas cubier
o golpe, indiferente al ardor que le quemaba la garganta. Deslizaba el p
n el torso desnudo; un anillo de diamantes que destellaba en cada imagen; el borde
completa para reconocer a
ulzura nauseabunda. "Cada día
s inundó la publicación, ta
sa. Qué bueno que se
l. Ninguna pueblerina t
r, brillando en azul, estab
. En otro tiempo, un golpe así la habría destruido. Esa noche, sin em
trago, pero otra mano se cerró co
e sobre la música estridente. "Daniela... ¿Desde cuándo
n le daba vueltas y las luces se convertían en manchas borrosas. El rostr
s del club y su aliento olía a whisky. Cuando intentó ponerse de pie, sus rodillas flaquearon. Con una risita despreocupada, se dejó caer h
n corazón roto. Era su resurrecc
ró los ojos, tratando de enfocarlo a través de la
un rubor le tiñó las mejillas, pe
con la voz cargada de una contenida intensidad. "
sa y, rozándole el oído con los labios, le susur
ella se irguió, tambaleante, y pr
a ella no le importó. Él no pareci
de Daniela se aventuraron con una audacia salvaj
í, devorándola en un beso brutal que los dejó a ambos sin aliento. Sus bocas chocar
ó escaleras arriba, mientras su voz ronca le
piernas mientras el calor crecía entre ambos,
vertiginoso de la noche. Se perdieron el uno en el otro, entregados
.
erramó sobre las sábanas revueltas
a cintura le dolían tanto que se sent
alrededor, mientras los recuerdos re
con un desconocido
imagen permanecía nítida: el fí
Daisy Clark apareció en la pantalla. La malcriada hermana menor de Joshua ni siquiera se molestó en saludar. "Dani
la frente adolorida, haciendo una mueca mi
rada. Durante años, trabajaron en turnos agotadores en
a se encargó de todo: elaboró el plan de negocios, invirtió el dinero de sus paten
tió en la sensación de la ciudad, con me
apenas levantaba la vista para ladrarle órdenes, com
iquiera se daban cuenta de
nto, y ahora Daisy la llamaba par
Daniela llamó al mayordomo y le pidió que le llevara
sa de centro, de bordes nítidos y un
s años, tal vez sea hora de que me saques de tu lista de blo
una floritura inconfun