one ahora mismo. No quiero contagiarme
na del último piso. Su estómago está hecho nudos, no solo por el hambre que siente, sino por la forma que oyó, como se refería a ella más temprano,
vio una foto suya en una revista empresarial, y por supuesto ha oído innumerables versiones sobre él. En el juzgado tampoco se encontraron. Isabella estuvo en una sala totalmente sola por varios minutos, hasta que un juez vino con e
nteligente para darse cuenta de que a Benedict no le gusta ser desacatado,
a, la doctora va
abella lo reconoce al instante, es el mismo que fue a hacer e
blanco, aquel que le pertenecía a su ab
esta frente a todos. Ella emite un pequeño jadeo ante la vergüenza. A través de sus ojos medio cerrados, Isabella todavía puede ver su rostro
unta con tono de burla-. ¿No me digas que la h
advertencia de su tío resuenan en su cabeza. Debe soportar, es su deber. Todo el bien
narla, ella gime bajo por el picor en su parte íntima. Durante
guro es que tenga alguna enfermedad de transmisión sexual, cuando tengamos el resultado, deberá seguir tratamiento. También programaré un
e esa mujer se refiere a ella. ¿Cómo se atreve a asegurar eso frente a todos
tación. Isabella permanece en la cama, sosteniendo el cobertor que la
licadeza, aparta algunos mechones de su frente-. ¿Es porque descubrí que eres una mujerzuela que se
Ella boquea un par de veces, pero no co
o.
lla o Alessia? -la interrumpe
cuando ella tenía apenas tres años y su madre estaba viva. Nunca tuvo padre, ya que las abandonó a ella y su madre cuando supo que
r a vivir con su tío, hermano de su madre, y su familia. Desde ese día, nunca volvió a tener un poco de paz. Su v
ner sus lágrimas mient
ragmento de ellas. Los arruga y los tira en su cara. Ella se queda
odiciosa que tomaste el lugar que no te corresponde para disfrutar del dinero de la familia