icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon
El Beso de la Víbora: La Venganza de una Esposa

El Beso de la Víbora: La Venganza de una Esposa

Autor: Gavin
icon

Capítulo 1 

Palabras:2112    |    Actualizado en: 29/07/2025

do por culpa de la hermanastra de mi esposo, Sofía, mientras mi marido, Mateo, se quedaba de brazos

humillación para exhibirla públicamente. Pronto descubrí su escalofriante secreto: se casó conmig

e intensificó. Me robaron mi empresa, secuestraron a Leo e incluso

re usaría a su propio hijo como un peón, y a

elada dentro de mí. No me romperían.

ítu

en el día más c

a de nuestras empleadas dom

ue venir a casa! ¡Es Leo! ¡S

e me heló e

a y salí corriendo de mi oficina, sin

a de calor. Mi corazón martilleaba contra mis co

por la puerta, la es

tiguo, con su carita presionada contra el cristal. Sus mejillas estaban de un peli

stra, Sofía Flores, estaban al

cé hacia

aciendo? ¡Sáq

brazo, su agarre sor

leria. No es

es sociales que siempre lucí

coche. Solo cerré la

el pánico-. ¡Míralo! ¡Apenas está consci

ofía, echándose el pelo por e

de cuarenta grados aquí afuera! -Intenté pasar a Mate

o era cortante-. Vas a dañar el

, incapaz de proc

upa el coche? ¡Nuestr

rá enseguida -insistió Mateo, apartándome de

ie, con una sonrisita jugando en sus labios. No h

ijo es más importante que un trozo de m

va se apoderó de mí. No me importaba el

ave inglesa del banc

ocurra! -

mis fuerzas, rompiendo la ventanilla del lado de

do a tientas la cerradura. El aire que sali

e inconsciente en mis braz

diéndolo suavemente

tentó al

ame

azando a Leo c

ues. Ni se

onces, con sus sirenas a todo volumen. Corrieron hacia nosotros

un golpe de calor -dijo uno de ellos

Mi rabia, fría y concentrada, se volvió hac

ofetada en la cara, el sonido resonó en la co

temblando de furi

n par en un falso shock. Se llevó la m

pegó! Solo e

corriendo de la cochera,

ndola por su nombre. Ni siquiera miró hacia atrás, ni a mí

ada de cristales rotos y

que Leo estuviera estable, Mateo re

mí, su rostro u

disculpart

ón un bloque de h

scul

matizada.

errores" de Sofía. La vez que "accidentalmente" arruinó mi vestido de novia con vino tinto. La vez

cho disculparme. Para mante

a pero firme-. Nunca me di

de Sofía es muy poderosa. Si decide presentar cargos por agresió

zo, sus dedos cla

culpará

azada por una desesperación fría y h

estaba sentada, luciendo perfectamente ser

las palabras sabiendo

a que una parte de mi amor por él se ro

satisfecho. Sa

mos publicar una disculpa pública para que to

ió mientras repetía la

a su equipo de relaciones públicas, dándoles instruccio

poner distancia entre nosotros. Encontré un pasillo v

é sus voces a la vuelta de

ó Mateo, su voz suave y tierna,

iado que sea tu esposa. Ni siquiera somos parientes

piración. Hermanas

adolescentes -confesó Mateo, su voz densa de emoc

a voz de Sofía estaba teñida de c

nte te rendirías con lo nuestro. Pensé que te pondría lo suficientemente celosa como p

ras fueron silencios

ada para mí, Sofía.

tambaleó s

de nuestra relación. Los grandes gestos románticos de Mateo, el en

mentira. Un

edí a una vieja unidad en la nube que compartíamos, una que no habíamos usado en años. Mis de

a entrada de la semana en

que Sofía vea a Valeria con mi anillo en su dedo, llevando mi apellido, tendrá que rendirse. Verá lo que

amie

una her

llegaron entonces, violentos y desgarradores, destrozando mi cuerpo. Lloré por los años que había desperdiciado

lágrimas amainaban,

ución frí

s temblorosas y caminé de regreso a la h

terminado. Ahora,

y marqué el núme

licitar el

levé de regreso a la casa que una vez llamam

estaba quedando en nuestra habitación de invit

te en su rostro. Se sirvió deliberadamente el último trozo

pescado -dijo Leo,

o sonrió

tanta hambre, Leo. N

ecir algo, Mateo golpe

e con tu tía! ¡Es

, sus ojos se lle

levanté, sacando

termina

scaleras arriba, dejándolo

ché la voz de Mateo s

es. Es solo un niño.

ste era r

se aferró a mí, su peq

a papá. No q

abracé fuerte, mis propias lág

, bebé

o, dos corazones rotos aferrándo

taba al perfume de Sofía y a una victoria barata. H

ja de joyas s

llito para compensar el..

adecida. Esperaba que le a

calma. Metí la mano en mi bolso

o ex

ma e

sando que el collar

regalo? Ustedes las muj

mó en la línea sin

él, en su arrogancia, renunciaba a sus dere

día -dije, mi voz goteando una ironía

ió, completa

ababa de firmar la renu

Obtenga su bonus en la App

Abrir