El Beso de la Víbora: La Venganza de una Esposa
do por culpa de la hermanastra de mi esposo, Sofía, mientras mi marido, Mateo, se quedaba de brazos
humillación para exhibirla públicamente. Pronto descubrí su escalofriante secreto: se casó conmig
e intensificó. Me robaron mi empresa, secuestraron a Leo e incluso
re usaría a su propio hijo como un peón, y a
elada dentro de mí. No me romperían.
ítu
en el día más c
a de nuestras empleadas dom
ue venir a casa! ¡Es Leo! ¡S
e me heló e
a y salí corriendo de mi oficina, sin
a de calor. Mi corazón martilleaba contra mis co
por la puerta, la es
tiguo, con su carita presionada contra el cristal. Sus mejillas estaban de un peli
stra, Sofía Flores, estaban al
cé hacia
aciendo? ¡Sáq
brazo, su agarre sor
leria. No es
es sociales que siempre lucí
coche. Solo cerré la
el pánico-. ¡Míralo! ¡Apenas está consci
ofía, echándose el pelo por e
de cuarenta grados aquí afuera! -Intenté pasar a Mate
o era cortante-. Vas a dañar el
, incapaz de proc
upa el coche? ¡Nuestr
rá enseguida -insistió Mateo, apartándome de
ie, con una sonrisita jugando en sus labios. No h
ijo es más importante que un trozo de m
va se apoderó de mí. No me importaba el
ave inglesa del banc
ocurra! -
mis fuerzas, rompiendo la ventanilla del lado de
do a tientas la cerradura. El aire que sali
e inconsciente en mis braz
diéndolo suavemente
tentó al
ame
azando a Leo c
ues. Ni se
onces, con sus sirenas a todo volumen. Corrieron hacia nosotros
un golpe de calor -dijo uno de ellos
Mi rabia, fría y concentrada, se volvió hac
ofetada en la cara, el sonido resonó en la co
temblando de furi
n par en un falso shock. Se llevó la m
pegó! Solo e
corriendo de la cochera,
ndola por su nombre. Ni siquiera miró hacia atrás, ni a mí
ada de cristales rotos y
que Leo estuviera estable, Mateo re
mí, su rostro u
disculpart
ón un bloque de h
scul
matizada.
errores" de Sofía. La vez que "accidentalmente" arruinó mi vestido de novia con vino tinto. La vez
cho disculparme. Para mante
a pero firme-. Nunca me di
de Sofía es muy poderosa. Si decide presentar cargos por agresió
zo, sus dedos cla
culpará
azada por una desesperación fría y h
estaba sentada, luciendo perfectamente ser
las palabras sabiendo
a que una parte de mi amor por él se ro
satisfecho. Sa
mos publicar una disculpa pública para que to
ió mientras repetía la
a su equipo de relaciones públicas, dándoles instruccio
poner distancia entre nosotros. Encontré un pasillo v
é sus voces a la vuelta de
ó Mateo, su voz suave y tierna,
iado que sea tu esposa. Ni siquiera somos parientes
piración. Hermanas
adolescentes -confesó Mateo, su voz densa de emoc
a voz de Sofía estaba teñida de c
nte te rendirías con lo nuestro. Pensé que te pondría lo suficientemente celosa como p
ras fueron silencios
ada para mí, Sofía.
tambaleó s
de nuestra relación. Los grandes gestos románticos de Mateo, el en
mentira. Un
edí a una vieja unidad en la nube que compartíamos, una que no habíamos usado en años. Mis de
a entrada de la semana en
que Sofía vea a Valeria con mi anillo en su dedo, llevando mi apellido, tendrá que rendirse. Verá lo que
amie
una her
llegaron entonces, violentos y desgarradores, destrozando mi cuerpo. Lloré por los años que había desperdiciado
lágrimas amainaban,
ución frí
s temblorosas y caminé de regreso a la h
terminado. Ahora,
y marqué el núme
licitar el
levé de regreso a la casa que una vez llamam
estaba quedando en nuestra habitación de invit
te en su rostro. Se sirvió deliberadamente el último trozo
pescado -dijo Leo,
o sonrió
tanta hambre, Leo. N
ecir algo, Mateo golpe
e con tu tía! ¡Es
, sus ojos se lle
levanté, sacando
termina
scaleras arriba, dejándolo
ché la voz de Mateo s
es. Es solo un niño.
ste era r
se aferró a mí, su peq
a papá. No q
abracé fuerte, mis propias lág
, bebé
o, dos corazones rotos aferrándo
taba al perfume de Sofía y a una victoria barata. H
ja de joyas s
llito para compensar el..
adecida. Esperaba que le a
calma. Metí la mano en mi bolso
o ex
ma e
sando que el collar
regalo? Ustedes las muj
mó en la línea sin
él, en su arrogancia, renunciaba a sus dere
día -dije, mi voz goteando una ironía
ió, completa
ababa de firmar la renu