La guerra
rr
ó este en completo silencio; apenas regresaba de su luna de miel justo como l
á esperando, la j
difícil para su amigo, quien solo cerró la puerta a sus espaldas si
te espera en casa para una cena de bienvenida. ¿Asistir
le indicaba los pendientes, y deteniendo sus pasos. Al llegar a la puerta del elev
salir de aquí mi padre no estará muy contento, así
ndo al pequeño cubículo de metal, una vez sus puertas abrieron, los dos se mantuvi
l auto preparado. No quiero esta
de juntas, y sumergiéndose en un enorme silencio, una vez los present
Federico, porque no es así; es solo que creo que mi empresa estará en mejores manos con alguien que lleve mi s
ole la bienvenida a su nieto Seth que apenas regresaba de su lu
o sé ustedes, pero estoy seguro de que hará un excelen
do una guerra padre e hijo, ya que Federico no permitiría que se le fuera arrebatado su puesto así na
mi hijo mayor, conozco sus capacidade
quitarle ese lugar, Federico fingió estar de acuerdo con el padre de su espos
nalizó, y quedando elegido Seth como el nuevo d
pueden retirar. Esperemos que la siguiente s
ala de juntas sin parar de murmurar entre ellos, por lo que se avecinaba, y hacie
el pasado, quien no sabía nada del negocio, y que se dejaba menospreciar por su padre; él ahora
as saludar a tu padre? Pensé que tarda
tendía abrazarlo como si nada, y deteniendo su andar, su hi
tienes por qué seguir fingiendo, to
nte él no caería en sus trucos de nuevo. Del Seth de ant
a de las faldas de tu madre, y de Flavio te han
e su hijo lo intimidara, todo lo opuesto, esto para él sign
para este momento, sino que encontré al a
boda cuando esta no era más que una farsa, y negando, Fed
rba
na estupidez de las suyas, y conteniéndose p
erico... Se
rico negó, fingiendo estar avergonzado
ado soy, hijo... Por cierto, Seth ¿d
gar, por lo que acababa de insinuar, Seth lo obser
ebemos irnos...
rder el tiempo discutiendo con alguien como su padre, por lo que giránd
parece un descaro de tu parte? Te marchas tantos años, y ahora pretendes reg
o, lo cual despertó cierto
erdad,
manos en sus bolsillos, transmitiendo tal seguridad que hiz
r, salir de los cimientos arcaicos, y una
har. El Seth de antes jamás desafiaría a su padre, quien siempre tenía
Mi esposa me espera; nuestra luna de miel qued
ba que lo humillaría de nuevo, estaba muy equivocado. Él le demostraría que su mayor error, f