Mi Mente, Su Destino
oche es la más t
dor: los señores Mendoza
o a la naranja frente a mí, per
dilla de chicharrón prensado con mucho queso y salsa verde. Este pato
o frente a mí, de
te, con los ojo
endoza. "Esta chica... no encaja aquí. Su presencia es un obstácu
endoza frun
, sé más r
una solución simple. Envíenla a un internado en
cia, apoyando la cabeza e
one a trabajar
taquerías en los Alpes? Lo dudo. Sería un suicidio culinario. No, no. Pero... si me van a echar, deberían pagarme. Una liquidación. Un bo
estado callado, de repente
ar a Lupe a ninguna parte. Ella es una Mendoza. Y tú, Alejandr
El señor Mendoza nunca
oza, y ella asiente,
fía se quedan
ezan a discutir, yo
anecillos de la cen
ecillo con ajonjolí se ve perfecto. Suave por dentr
eto, tomo tres panecillos y me l
mo un trozo de mantequilla y
ededor sube de tono,
lo hay una sens
rbohidratos para Má
a sonrisa. Esta vida de ricos no está