Engañada, Muerta, y Ahora Renacida
ejandro, su voz baja y amenazante. "Est
mo el de un adulto hablándole a
minimizar mis sentimientos
uien habló a
desde la puerta, con una expr
dijo con una sonrisa burlona. "Además, ¿quién se cree que es? Si no fuera por
Ricardo era el que
era un veneno l
s, sus carísimos ordenadores,
orita, le lavaba la ropa,
agaba con
ños. Le había diseñado y cosido a mano un di
a trabajando en él hasta
y dijo: "Parece hecho por mi abuel
en secreto e
ucharlo, ya n
ía y absolu
era un adolesc
mala p
temblando de rabia. "Tú y yo no somos nada. No eres mi hijo, no
ejandro, mis ojos
ro que tú y tus hijos se va
e quedó s
en sus rostros
gritó Alejandro. "¿A dón
. "Ese ya no es mi problema. Han vivido de mí el tiempo suf
o a centímetros del mío, su expresión tr
rnos de ninguna p
s, levant
fetada resonó en e
del impacto. Un dolor agudo y
iguió fue más rui
Ricardo se quedó par
idamente, su mano todavía en el aire, como si él mis
í a girar la cab
ije
lo
e había cruzado una línea
imidada o herida, había desaparecido p
sus hijos, sin apartar la vista de mí. "
eron del estudio, cerrando
ardiéndome, el sabor metál
llo
nchada y una extraña c
era b
acía todo
s, ni culpas, ni
y dura necesi
aqué el teléfono y marqué un
Sofía Romero. Necesito hablar con él urgentemente. Es sobre la pla