Reina de Corazones Destronada
inocente, había encendido u
me encontró en el
osas, su risa era como música e
su voz goteando desprecio. "Pensé que
aquí, yo estaré aquí"
a. Pero los imperios no necesitan princesas, necesitan here
locando a Sofí
as a hablar
sonrisa cruel que n
aré más q
sus hombres que estab
, sus rostro
a la niñ
gre se
a Sofía más lejos detrás
an dema
or los brazos, sujetándo
se acerc
un llanto aterrorizado
mi, ayúdame
erzas, arañando, patea
SUÉLTENLA,
fue i
itos se extendían hacia mí mientras s
, en el suelo,
rr
en mi vida, directament
iento, con el corazón ma
lí, examinan
ota por el pánico. "¡Isabe
lentamente, sin so
ás me dolió. La
ate,
MI HIJA!", le supliqué, cayendo de rodillas frente a él. "Por favo
, mi última pizca de
nte a mí, pero n
hombros, su agarre e
Sofía estará bien.
ciendo?", susu
riar a mi heredera la legitimará ante su gente
" salió de sus labi
, la frialdad de su lógic
oleada d
omité en el suelo d
ontrajo en una
atética
bra me e
ón se convirti
y le escupí
e reemplazada instantáneam
ijo
vantó una mano
n fuerte que me
contra la pata
e entraron de inmediato. "Llévenla de vuelta a la
protestas ahogadas por e
impiándose la cara con un pañuelo,
olpeada, escuché el soni
el cielo nocturno ilumina
ella estaban
ndo su
ando s
el llanto de mi hija, que en algún lugar de esa mis
ue el
, que ya es
l de Elena
de algo much